POR: ENRIQUE RIVERA HERNÁNDEZ.
El día 1° de Septiembre de 1960, el presidente Adolfo López Mateos anunció la reforma al artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ello, buscando cesar las concesiones a particulares y nacionalizar la industria eléctrica; dicha reforma se concretó hasta el día 23 de Diciembre del mismo año.
Sin embargo, el día 27 de Septiembre del mismo año, en la plaza de la Constitución en el Zócalo de la Ciudad de México, aproximadamente a las 13:10 horas, salió al balcón presidencial Adolfo López Mateos, con el objetivo de festejar la última adquisición a empresas extranjeras de electricidad por parte del Gobierno Mexicano; es decir, el Estado Mexicano se convertía en dueño de las industrias eléctricas trasnacionales.
En dicho evento, el entonces presidente expuso, “no se confíen, porque en años futuros algunos mexicanos identificados con las peores causas del país entregarán de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros”.
Dicha predicción se cumplió; pues durante el periodo neoliberal instaurado en México desde el sexenio de Miguel de la Madrid, hasta el sexenio de Peña Nieto, los bienes de la Nación se fueron privatizando paulatinamente con diversas estrategias.
Por ello, el poder ejecutivo presentó la propuesta a la reforma constitucional de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con el objetivo que el Estado deje de pagar incentivos a empresas privadas de generación de energía y dejar de cargar contratos fijos a 20 años, así como “rescatar y fortalecer a la CFE” y “garantizar a través de ella la seguridad energética del país”.
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Ante dicha propuesta, el Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG) en donde se agrupan trasnacionales como SHELL, BP e IBERDROLA han manifestado tener “una enorme preocupación” pues según ellos “la propuesta va en sentido contrario a los esfuerzos internacionales en materia de energías limpias y renovables, lo que nos aleja de una transición ordenada”; en ese mismo sentido, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) ha iniciado su cabildeo con los legisladores en contra de la propuesta enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tal parece que olvidan que con el objetivo adelgazar la industria nacional eléctrica, el 11 de Octubre de 2009, se publicó el decreto firmado por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa en donde informaba la desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LFC) (empresa creada a partir de los hechos antes citados con el ex presidente Adolfo López Mateos); el decreto presidencial firmado por Calderón, estaba apoyado por los medios de comunicación, pues ellos exponían que LFC era una compañía “improductiva y cara”, justificando su desaparición.
También parece que se les olvida, que la empresa IBERDROLA fue la firma favorita del Ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, empresa que hoy es opositora a la propuesta presidencial; que esta empresa es la responsable de la manipulación de los precios de la energía eléctrica en España por medio de la especulación y que de manera directa es responsable en ese país que en tan solo dos años el precio de la luz se haya sextuplicado; también parecen olvidar que una estrategia más, fue dejar de dar mantenimiento a las plantas generadoras de energía de la CFE en sexenios pasados, con el objetivo de posteriormente declararlas ineficientes y con ello justificar su privatización; ejemplo de ello es al abandono de la hidroeléctrica ubicada en infiernillo Michoacán.
Así pues, que quizá es entendible la preocupación neoliberal de algunos cuantos de que se les vaya el negocio de la energía eléctrica entre las manos, pues estaban acostumbrados a manipular, corromper y justificar las bondades de su perspectiva de negocio, “la ganancia a costa de todo”, aun por encima de los intereses de la población y el bien común.