Morelia, Michoacán.-Calles repletas de personas comiendo los aún antojitos mexicanos y algunos no tanto o disfrutando del último día de asueto, es como se visualiza a los morelianos después de haber disfrutado del tradicional desfile.
Las banderas aún ondean en los balcones de los edificios del centro histórico; niños y niñas, permanecen maquillados con los colores blanco, verde y rojo, pero poco a poco, los morelianos retornan a sus hogares para descansar y enfrentar al rutinario lunes.
Lejos quedó ese sábado, donde al ritmo de cumbia y regional mexicano, bailaron hasta la madrugada, hoy los vemos con lentes oscuros y consumiendo comida picosa para aliviar la “cruda”.
Aunque parece un domingo cualquiera en la capital michoacana, para los morelianos es especial, este día demuestran cuánto les importa su país, mostrándole a los pocos turistas de otro país, que ser mexicano es “la onda”, aunque mañana vuelvan a quejarse del país y de su gente.
Los trabajadores en la avenida Madero, desmontan rápidamente las gradas que fueron colocadas para que aquellas personas que ahora, se toman fotografías frente a catedral y disfrutan de un ambiente lejos de los automóviles.
El cielo se nubla rápidamente y el radiante sol desaparece poco a poco; las calles de Morelia, se van quedando solas, anunciando que el mes patrio ha quedado un año más, en el recuerdo de las personas.
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