Los partidos demócratas cristianos en el mundo tienen en común el pensamiento político derivado de las encíclicas sociales, a partir de la Rerum Novarum de 1891, la Doctrina Social Cristiana, y de manera importante el filósofo francés Jacques Maritain.
El pensamiento humanista de la democracia cristiana considera a la Persona como el centro de la acción de la sociedad, y su forma más completa, el Estado. Es una vía alterna entre las concepciones individualistas –por ejemplo del neo-liberalismo- y las concepciones colectivistas de la sociedad. De la centralidad de la persona se derivan las propuestas en materia económica, en la que la democracia cristiana propone el modelo de Economía Social de Mercado.
La democracia cristiana tiene su mayor influencia en Europa y Latinoamérica. Son considerados padres de la democracia cristiana y padres de la actual Unión Europea: Konrad Adenauer, quien fuera Canciller de Alemania de 1949 a 1963, Robert Schuman en Francia y Alcide de Gasperi en Italia. Es explicable el nacimiento y gran crecimiento de este movimiento en el ambiente europeo de la guerra fría, en un mundo que se polarizó entre la concepción colectivista de la sociedad del bloque de países socialistas, y las visiones individualistas liberales presentes principalmente en países como Inglatera y Estados Unidos
En Europa, el ejemplo más exitoso de regímenes emanados de esta corriente de pensamiento es Alemania, que ha sido gobernada más de las dos terceras partes del tiempo después de la segunda guerra mundial por demócratas cristianos, surgidos principalmente del partido CDU (Christlich Demokratische Union Deutschlands). Los períodos de gobierno de los cancilleres de esta corriente son: Konrad Adenauer (1949-1963), Ludwig Erhardt (1963-1966), Kurt Georg Kiesinger (1966-1969), Helmut Kohl (1982-1998) y Angela Merkel (de 2005 a la fecha).
En Latinoamérica la democracia cristiana encontró también terreno fértil. En 1947 durante un encuentro en la ciudad de Montevideo Uruguay, un grupo de personalidades políticas fundaron la Organización Demócrata Cristiana de América. Los países latinoamericanos que han tenido gobiernos emanados de la Democracia Cristiana son principalmente Costa Rica, con 3 administraciones; Chile con 3 administraciones y Venezuela con 2 administraciones entre 1969 y 1984.
No se necesita mayor esfuerzo para encontrar que el humanismo político sustentado por el Partido Acción Nacional en México y el humanismo cristiano de los partidos que se agrupan en torno a la democracia cristiana son lo mismo, son consanguíneos, comparten el mismo tronco común de filosofía política. ¿Por qué entonces Acción Nacional no se sumó a la democracia cristiana latinoamericana desde el primer momento? Y no solo no se sumó el PAN, sino que los liderazgos panistas fundadores rechazaron explícita y enfáticamente cualquier posibilidad de afiliación a esta corriente política. ¿Cuáles fueron las razones?
La razón principal es de orden histórico: Manuel Gómez Morin, fundador principal de Acción Nacional, quería dejar muy en claro el carácter no confesional de la nueva organización política. En México se había dado una difícil lucha por separar las esferas de poder entre la Iglesia y el Estado, que había causado dolorosos enfrentamientos. Que un partido político tuviera una denominación que hiciera cualquier referencia a lo religioso, reavivaría la polarización, además de que jurídicamente estaba prohibido incluir en el nombre de cualquier partido político alguna referencia religiosa.
A finales de la década de los cincuentas del siglo pasado, un grupo numerosos de entusiastas jóvenes panistas que habían participado en la campaña por la Presidencia de la República de 1958 con Luis H Álvarez como candidato, se entusiasmaron fuertemente por la idea de que el partido se afiliara a la democracia cristiana, pero se encontraron con el rechazo absoluto de los fundadores del partido a esta posibilidad, y de hecho la mayoría de ellos quedaron fuera de Acción Nacional. Entre los jóvenes destacados de esa época podemos citar a Alejandro Avilés, director de La Nación, órgano de difusión del PAN; Hugo Gutiérrez Vega y Enrique Tiessen.
Sin embargo, el cambio de condiciones políticas y la disipación de antiguas polarizaciones sociales hicieron posible, después de más de medio siglo de la fundación del PAN, un acercamiento entre esta institución y la democracia cristiana. Durante la presidencia de Carlos Castillo Peraza al frente de Acción Nacional hubo el primer encuentro. En 1994 se recibió la invitación formal para la incorporación del PAN como observador, a la Organización Demócrata Cristiana de América, ODCA. En 1998 se incorporó como miembro de pleno derecho de esta organización. A partir de ahí Acción Nacional ha tenido un actuación muy relevante de la organización. El presidente actual de la ODCA es el mexicano (y panista) Jorge Ocejo Moreno. Partidos políticos de veintiún países latinoamericanos están representados en este organismo de la democracia cristiana.