Tal parece que el presidente de EUA, Donald Trump, está ganando su “cruzada” contra los grandes medios de comunicación que operan en territorio estadounidense. Desde luego, ese enfrentamiento verbal que inició desde su campaña en 2016 es prácticamente simbólico, puesto que en términos legales Trump no ha realizado iniciativas para limitar la acción de la prensa o de los canales privados de comunicación. Sin embargo este triunfo simbólico que Trump parece tener ahora podría repercutir de manera muy severa en la política estadounidense.
Desde que inició su polémica aparición a mediados de 2015, manifestando su interés en la contienda presidencial, Donald Trump adoptó una posición no solamente crítica sino sumamente ofensiva contra múltiples cadenas de televisión así como periódicos estadounidenses. Trump consideraba y así lo expresaba, que por el hecho de ser políticamente incorrecto se le discriminaba en los medios “liberales” y en favor del statu quo político de EUA.
Sin embargo, era Trump quien empleaba comentarios muy polémicos y cuestionables, como lo fueron la mención de que los mexicanos migrantes en EUA eran en su mayoría criminales, así como también sus dichos de estilo misógino, y otros como aquel de que él podría dispararle a alguien en la calle y aun así no perdería seguidores. Desde luego todos estos comentarios acapararon los reflectores de los grandes medios de comunicación que durante días pasaban noticias o artículos referentes.
Muchos creyeron que Trump únicamente manejaba esta actitud como recurso para tener la atención de los medios y que su nombre estuviera siendo exhibido la mayor parte del tiempo posible durante su precampaña y campaña, sin embargo ya en la presidencia Trump continuó con sus agresiones verbales contra los medios de comunicación, incluso pareció incrementarlas.
De manera más específica, los ataques de Trump contra “el cuarto poder” se han concentrado en las cadenas de noticias CNN y NBC, mientras que los diarios que más han sido embestidos verbalmente por el magnate son New York Times, Washington Post, Los Angeles Times, Wall Street Journal, entre otros.
Usualmente Trump acusa casi todo el tiempo a muchos de estos medios señalándolos como difusores de noticias falsas o fake news, sobre todo porque estos medios expresan posturas críticas contra el actual presidente estadounidense. Por el otro lado de la moneda, Trump tiene una predilección positiva por la cadena de noticias Fox, a quienes señala de ser como una fuente seria de información, que convenientemente la mayoría de sus opiniones sobre la gestión de Trump son relativamente positivas.
Entonces, la visión de Trump respecto a los medios de comunicación es muy simplista, los que lo apoyen son medios serios y con noticias “reales”, mientras que aquellos medios que lo critiquen son “noticias falsas”.
Visto esto, se podría suponer que en un caso ordinario alguien que se comportara de esta manera significaría que se encuentra bajo constante presión de los medios de comunicación debido a algún hecho en el que directa o indirecta forma esté involucrado. Sin embargo este no es el caso de Trump. El nuevo presidente de EUA parece decir las cosas que realmente piensa sin usar ninguna clase de filtro comunicacional, es decir, todo lo que expresa es lo que piensa sin recurrir a ningún tipo de sutileza.
No obstante, este caso tan particular, el de un presidente criticando a diestra y siniestra a los medios de comunicación que no hablan bien de él, está dejando en exhibición una cosa, la calidad profesional de una buena parte de los grandes medios de comunicación en EUA.
Desgraciadamente, esto último es en un sentido negativo, debido sobre todo a las reacciones fácticas que han venido manifestado la mayoría de los medios que son criticados por Trump. Es entendible que los medios criticados por Trump se sientan incomodos con los comentarios tan viscerales que realiza el magnate, a nadie le gusta ser criticado y menos si es con una crítica simplista; pero la respuesta de dichos medios ha sido aún más visceral que los propios comentarios del presidente de EUA.
Resulta que ahora estos medios de comunicación a los que Trump acusa de dar noticias falsas para favorecer a sus adversarios están cada vez más emitiendo columnas y artículos para criticar, muchas veces de manera ambigua, el actuar del magnate a pesar de que tales críticas no tengan una razón auténticamente fundada, más bien parecen ser espacios de desquite contra los ataques del magnate.
En el caso de las cadenas de noticias, resulta muy visible que la mayoría de las opiniones y reportajes que emiten tienen un enfoque completamente crítico hacia Trump, pero llegando al punto de ignorar elementos positivos que pudiera tener el magnate, lo cual merma la imparcialidad, o incluso algunas veces las publicaciones que realizan los medios anteriormente señalados únicamente son criticas de cosas irrelevantes sobre Trump que en muy poco afectarían la esfera pública nacional.
Todo ello permite a Trump reforzar su discurso “anti-medios” y lo peor es que lo respaldan hechos reales. Por lo mismo, esta degeneración del profesionalismo periodístico de parte de la mayoría de los medios críticos de Trump solo le ayuda al magnate en su “cruzada” contra las fake news, que según él buscan socavar sus logros en la administración.
Los grandes medios de comunicación deben de retomar su rol como informantes serios y objetivos, ya que es muy triste y decepcionante la posición que actualmente tienen sobre el presidente de EUA, si bien estos medios tienen el derecho, al igual que todas las personas, de pedir una réplica por las duras críticas de Trump, degradarse al nivel de solo generar espacios para denostar de una u otra forma la imagen pública, y a parte de ello solo conseguir el efecto contrario, en definitiva no debe ser la respuesta adecuada.