Carlos Castañeda
Foto: Carlos Castañeda

Esta semana nos sorprendió la noticia de que Luis Videgaray Caso deja su cargo como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cabe puntualizar que como parte de dichos cambios era normal prever que existirían estiras y aflojas en los distintos niveles de esta Secretaría. Fue así que uno de los primero en levantar la mano fue Aristóteles Núñez, quien ese mismo día presento su renuncia a la titularidad del SAT, claro, esto era bastante obvio puesto que  Dr. José Antonio Meade Kuribreña no llegaría solo.

En mérito de lo expuesto es importante recalcar que en el caso en concreto, el Servicio de Administración Tributaria ha sido uno de los grandes éxitos de este presidente, en principio por el aumento en la recaudación, esto en parte por el aumento de los impuestos derivados de la reforma fiscal del año 2013, y en parte por algunas atribuciones de nueva creación para el SAT.

Aunque nuestro ex presidente Felipe Calderón Hinojosa se cansó de prometernos que bajaría los impuestos, a la llegada de nuestro actual presidente se nos recibió con una bofetada con guante blanco, hubo aumento en los impuestos y se crearon diversos mecanismos para dotarle de mayor fuerza al órgano fiscalizador respecto a su potestad de auditoria.

El primero de enero del año 2014 el Servicio de Administración Tributaria ya sabía cuánto dinero teníamos en movimiento, tanto en cheques, transferencias e inversiones, así que todo lo que usted y yo habíamos pagado con nuestras tarjetas bancarias, el SAT lo tenía en la mira, esto debido a la “atribución” de poder indagar mediante sus llamadas facultades discrecionales de comprobación. Fue entonces que cuando las personas seguían declarando las mismas cantidades de dinero pero el SAT encontraba un flujo mucho más alto en sus cuentas bancarias, casi en automático iniciaba alguna facultad de comprobación, esto se vio reflejado en hasta un cincuenta por ciento de aumento en la recaudación del Impuesto Sobre la Renta y hasta un treinta por ciento en la recaudación del Impuesto al Valor Agregado.

Esto en efecto es atribuible al gobierno de Enrique Peña Nieto, pero más aún lo es para el Exjefe del SAT Aristóteles Núñez, a nadie le queda duda que en su gestión al frente del SAT modifico metodologías, creo nuevas, agilizo procesos, y por si fuera poco, también se menciona que a lo largo de este periodo logro crear varios expedientes acerca de la irresponsabilidad de las entidades federativas por el manejo de recursos federales, lo cual podría ser un fuerte golpe a diversos partidos políticos y servidores públicos en los próximos meses.

Esperemos que la persona que venga a suplir a Aristóteles Núñez, no solo siga la ruta trazada por este, si no que tenga el valor para poner mano dura si es que se pueden atribuir faltas por el mal manejo de recursos públicos.


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