El presidente de México, Enrique Peña Nieto, justificó el aumento de 20 por ciento al precio de las gasolinas, debido a que el país -productor petrolero-, “importa más de la mitad de los combustibles que consumimos”, además, aseguró que de no ser así, hubiera provocado un “gasto adicional de 200 mil millones de pesos”.
Durante el mensaje que emitió a los mexicanos, con motivo del inicio del 2017, Peña Nieto reconoció la molestia que ha provocado a la población el aumento del precio del combustible, sin embargo, durante el resto de la justificación, omitió pronunciarse en torno a la serie de protestas de rechazo a la medida que ha generado esta decisión.
Insistió en que “este ajuste en el precio de la gasolina, no se debe a la Reforma Energética ni tampoco a un aumento de los impuestos”, y agregó, “en todo el mundo, el precio del petróleo aumentó cerca del 60 por ciento, esto a su vez, ha aumentado el precio internacional de la gasolina, lo que nos afecta directamente, ya que, desde hace años, México importa más de la mitad de los combustibles que consumimos”.
Señaló que mantener el “precio artificial” de las gasolinas, hubiera provocado un gasto adicional de 200 mil millones de pesos, recurso equivalente “a paralizar por 4 meses, todos los servicios del Seguro Social, desde consultas con el médico familiar, hasta cirugías, guarderías y servicios de emergencia; interrumpir 2 años completos los apoyos que entrega el programa Prospera a casi 7 millones de familias; suspender tres años el seguro popular que cuida la salud de más de 50 millones de mexicanos”.
El presidente de la República incluso aseguró que “mantener los precios artificiales de las gasolinas significaría quitarles recursos a los mexicanos más pobres para darlos a los que más tienen”, pues detalló, “los datos duros hablan por sí mismos, 60 millones de mexicanos, los de menores ingresos, solo consumen el 15 por ciento de la gasolina, mientras que 12 millones, el 10 por ciento de la población con mayores ingresos, consume 40 por ciento de la gasolina”.
No obstante, el mandatario federal no refirió el aumento de precios en los productos y la canasta básica de la que se sostienen las familias en pobreza, y que van implícitos a partir del aumento al costo del combustible.
Peña Nieto aseguró que antes de tomar la decisión de aumentar el costo de la gasolina, el Gobierno de la República recortó un monto de 190 mil millones de pesos; y refirió que se eliminaron alrededor de 20 mil plazas laborales que implicarían una reducción de gasto en sueldos y salarios de 7 mil 700 millones de pesos, y añadió que, a partir del primer trimestre, los mandos superiores de las dependencias federales se redujeron un 10 por ciento de sus salarios.
El también jefe del Poder Ejecutivo en México criticó que las administraciones federales anteriores derrocharon recursos en el subsidio de la gasolina, y ejemplificó con el sexenio del panistas Felipe Calderón Hinojosa, del cual dijo, “en el pasado, otros gobiernos decidieron mantener artificialmente bajo el precio de la gasolina para evitar costos políticos, lo pudieron hacer porque el país producía más petróleo que se vendía más caro que nunca en la historia y el gobierno tenía ingresos excedentes, así, tan solo en el sexenio anterior, se perdieron casi un billón de pesos, es decir, un millón de millones subsidiando la gasolina, y digo que se perdieron porque literalmente fue dinero que se quemó regalando gasolina en lugar de invertir en cosas más productivas, como sistemas de transporte público, escuelas, universidades y hospitales”.
Peña Nieto aprovechó para señalar que otro reto relevante para el 2017, además de aceptar el aumento de precio en el combustible, será mantener la unidad para “construir una relación positiva con el nuevo gobierno de los Estados Unidos”, e insistió en que “México sabrá defender y asegurar el respeto y el reconocimiento internacional que se ha ganado en el mundo”.