Julio registró la temperatura más calurosa desde que comenzaron las mediciones hace 137 años, dijeron científicos del gobierno de Estados Unidos.
“La temperatura media mundial sobre la superficie terrestre y oceánica para julio de 2016 fue la más alta tanto para un mes de julio como para cualquier mes en el registro de datos de la temperatura global de la NOAA, que data de 1880”, dijo la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional.
Pero es improbable que se registre un nuevo máximo anual en 2017 dado que el efecto de El Niñose está desvaneciendo.
“Es probable que el año próximo sea más fresco que 2016”, afirmó Phil Jones, de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, al agregar que no hay indicios de que ocurra un fenómeno de La Niña fuerte, que pueda enfriar al planeta.
En 1998, un poderoso fenómeno de El Niño provocó un año con altas temperaturas récord, cuyos niveles se superaron recién en 2005.
Ese período de menor temperatura llevó a algunos a dudar de los hallazgos que apuntan a que el cambio climático tiene causa humana y a concluir que el cambio climático se habría detenido.
“La tendencia a largo plazo es hacia un calentamiento pero existe una variabilidad natural así que hay alzas y bajas”, dijo Jean-Noel Thepaut, jefe del Servicio de Cambio Climático Copernicus, en el Centro Europeo para Pronósticos Climáticos de Rango Medio.
En una cumbre en París en diciembre pasado, los gobiernos acordaron el plan más extenso a la fecha para abandonar el consumo de combustibles fósiles, estableciendo la meta de limitar el alza de las temperaturas “muy por debajo” de los 2 grados centígrados en comparación a los niveles previos a la era industrial, idealmente 1.5 grados centígrados.
Esta semana científicos se reunirán en Ginebra para esbozar los temas de un reporte sobre esa meta de 1.5 grados, a la que se aspira llegar en 2018.
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