El juego de pelota purépecha es un legado vivo de los pueblos originarios de Michoacán
Morelia, Michoacán.- Son entre 10 y 16 jugadores que están en la cancha, cada uno de ellos armado con un bastón. La zapandukua (pelota) está encendida y un jugador de cada equipo le da un golpe en señal de que el juego inició.
Se trata de la “Uarhukua Chanakua”, el juego de pelota purépecha que es un legado vivo de los pueblos originarios de Michoacán y que se juega desde hace más de 3 mil 500 años. Un deporte que se sigue practicando en la zona de la ribera del lago de Pátzcuaro como parte habitual de las actividades de quienes habitan el lugar.
El juego de pelota purépecha es considerado también como un atractivo turístico de la región, aunque no se trata propiamente de un ritual, algunos textos antiguos -y otros recientes- señalan que fue creado a fin de lograr un equilibrio en el cosmos. Y es que el juego se realiza con una pelota de fuego, una pelota encendida que se va llevando golpe a golpe hasta la meta contraria.
La pelota no puede ser tocada por ninguna parte del cuerpo de los jugadores, únicamente por el bastón. Aunque originalmente se jugaba en un espacio bastante amplio, recientemente se adecuó a una cancha rectangular, de acuerdo a las condiciones de cada sitio en el que se desarrolla.
Y es que el juego de pelota purépecha, ha traspasado las fronteras de Michoacán y ahora se practica en otras entidades como el Estado de México y la Ciudad de México, donde incluso, hacen exhibiciones de este deporte y entrenan constantemente para competir contra otros equipos también equipados.
En Michoacán, es en el pueblo de Pátzcuaro donde más se exhibe el deporte purépecha por excelencia. Los jugadores van vestidos con calzón y camisa de manta, usan tenis o huaraches y cada uno lleva su bastón. La zapandukua se enciende, se dan tres toques a la misma con los bastones y se inició el juego que dura alrededor de 20 minutos. 10 en cada tiempo.
El juego es calificado por una especie de jurado que además de hacer las anotaciones de cada vez que la pelota llegó a la meta contraria. Revisan que los bastones no vayan más allá de la cintura de cada jugador y que la pelota no sea tocada por los pies, piernas o manos de los elementos de cada equipo.
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El juego de pelota purépecha es sin duda un legado de los pueblos originarios de Michoacán que dan cuenta de la riqueza cultural del Estado.