Morelia, Michoacán.- Al ritmo de Los Fabulosos Cadillacs, el comediante José Mendoza, “El J.J.”, brincó al Teatro Morelos para hacer de este recinto una auténtica fábrica de risas, alegrías y uno que otro disgusto entre parejas.
Con el ángel que lo caracteriza, el comediante proveniente de Chihuahua puso a reír al más tímido en una noche que provocó dolores de estómago por la habilidad que persigue El J.J., cuando de hacer reir se trata.
La angustia quedó a un lado desde que el chihuahuense pisó el escenario. Fue a eso de las 19:45 que, acompañado por un grupo de músicos, Juan José Mendoza dio inicio a su espectáculo, basado en reflexiones maritales, borracheras y convivencias entre amigos.
“Gracias por venir, creí que no vendría ni su chingada madre, pero sí vino”, exclamó el experto en la comedia, para luego vacilar con su público.
El reloj corría, los asistentes lo observaban, y no precisamente por aburrimiento, pues mostraban el mismo rostro de un infante cuando sabe que está por terminar el recreo.
En la barra del Teatro Morelos no se ofertaron bebidas alcohólicas, todo parecía pintar para que fuese un momento tranquilo, entre amigos, familiares o en pareja.
El aroma a palomitas parecía transportar a los presentes a una sala de cine, mientras “El J.J.” se lucía en el escenario, riendo con el público de su casi 1.60 de estatura.
Para cuando las 21:00 horas se acercaban, el comediante buscó incentivar a los presentes a no perder el ánimo que durante casi hora y media mantuvieron. Iba de un lado a otro, riendo, cantando, agradecido de la respuesta que obtuvo en su visita a la capital michoacana.
Se cerró el telón y el humor blanco del comediante se fue extinguiendo conforme los asistentes, gustosos, abandonaban el recinto, reflejando conformidad por haber desgastado la cartera a mitad de quincena, para pasar un viernes de sana y divertida convivencia.