La creencia de que los zurdos poseen una inteligencia superior ha persistido a lo largo de la historia, generando curiosidad y numerosos mitos. Pero, ¿existe evidencia real detrás de esta idea?
Varios estudios han intentado determinar si los zurdos realmente tienen una ventaja cognitiva sobre los diestros. A continuación, te explicamos las razones detrás de esta fascinante teoría.
Origen de la creencia la mayor inteligencia de los zurdos
Hemisferios cerebrales: Se cree que los zurdos utilizan más el hemisferio derecho, vinculado a la creatividad. Aunque esta noción es una simplificación y no captura la complejidad del funcionamiento cerebral.
Minoría: Al ser menos comunes, los zurdos han sido estereotipados frecuentemente, lo que ha alimentado la percepción de que tienen habilidades únicas.
Personalidades influyentes: Muchos líderes, artistas y científicos históricos han sido zurdos, lo que ha contribuido a la asociación entre zurdería y genialidad.
Razones detrás del mito sobre los zurdos
La idea de que los zurdos son más inteligentes puede originarse en la percepción de que la dominancia de la mano izquierda se correlaciona con un pensamiento más creativo y habilidades superiores en áreas como matemáticas y artes. Esto podría deberse a diferencias en el desarrollo cerebral entre zurdos y diestros.
Aunque la conexión entre ser zurdo y poseer mayor inteligencia no es definitiva, sigue siendo un tema de gran interés en la comunidad científica.
Curiosidades sobre los zurdos
Representan alrededor del 10% de la población mundial, y hay más hombres zurdos que mujeres.
Gran capacidad de adaptación: En un mundo diseñado para diestros, los zurdos muestran una notable ‘mayor plasticidad cerebral’, permitiéndoles utilizar ambas manos en sus actividades diarias, según la doctora Irma Yolanda del Río, de la UNAM.
Destacados en deportes: Los atletas zurdos como Maradona, Messi, Óscar de la Hoya y Rafael Nadal han sobresalido globalmente, beneficiándose de su rapidez de reacción y habilidades en el hemisferio derecho, según estudios de Florian Loffing.