De proceder a implementar una reestructuración sobre la deuda que arrastra el Gobierno de Michoacán, ésta resultaría insuficiente ante la desmedida inversión que se destina a gasto corriente, enfatizó Jesús Alva Aguilar, integrante Centro Michoacano de Evaluación (Cemide).
En un acercamiento con comunicadores locales, Jesús Alva sostuvo que la propuesta de reestructuración no es del todo mala; sin embargo, fue puntual al señalar que mientras no se reduzcan los salarios al interior de la presente administración, poco se podrá hacer para abatir el rezago financiero que enfrenta el estado.
Para consumo de nuestros lectores, es importante mencionar que en días pasados el Gobierno del Estado envió al Poder Legislativo una propuesta de reestructuración de deuda, en la que se busca reducir la tasa de interés interbancaria equilibrada que presenta el pasivo actual de la entidad.
En el mejor de los escenarios, el Centro Michoacano de Evaluación detalló que la tasa de interés que enfrenta el estado podría pasar de un 3.4 por ciento a un 1.4 por ciento, siempre y cuando las empresas de financiamiento involucradas cedan a la propuesta de reestructuración.
Los resultados para el Gobierno del Estado podrían ser considerablemente favorables, según lo explicó Jesús Alva, quien refirió que la deuda que el estado enfrenta actualmente, podría reducirse hasta por 300 millones de pesos.
Aun cuando los alcances de la reestructuración podrían ser altos, el Cemide subrayó que de no reducir los salarios que se manejan en el Gobierno de Michoacán, dicha reducción crediticia resultaría poco productiva.
Y es que Jesús Alva destacó que en dependencias como la Secretaría de Desarrollo Económico, la nómina creció en un 31.8 por ciento y 15.7 por ciento durante 2015 y 2016, respectivamente.
Otra de las dependencias que presenta esta situación es la Secretaría de Finanzas y Administración, pues mientras en 2015 la nómina creció en un 9.6 por ciento, para 2016 ésta se incrementó en un 24 por ciento.
Esta situación, según el Cemide, ha provocado que desde 2007 la entidad registre disminuciones en su calificación crediticia, con lo que además de limitar los alcances financieros del Estado, se eleva la tasa de interés sobre la deuda actual de la entidad.
Ante este escenario, Jesús Alva expresó que el Gobierno del Estado se ha escudado en los “gasolinazos” y el efecto Trump que se prevé para 2017, para deslindarse del complicado escenario financiero que enfrenta la la entidad.
Con todo, el Gobierno del Estado pretende invertir 100 millones de pesos para que una compañía de financiamiento se encargue reestructurar la deuda de 10 mil millones de pesos que se tiene con proveedores y de
17 mil millones de pesos con instituciones bancarias.
Esto, a juicio de Jesús Alva, no serviría de mucho, tomando en cuenta que en los últimos 12 años la deuda del Estado ha sufrido un total de 9 reestructuraciones, sin que hasta el momento existan resultados contundentes.