El cardenal Alberto Suárez Inda, indicó que la inseguridad y los conflictos en el sector educativo serán los principales problemas que observará el nuevo arzobispo para Morelia, Carlos Garfias Merlos, asignado para encabezar la Arquidiócesis de Morelia, luego de que el Vaticano aceptó ayer la renuncia del actual titular del cargo.
En rueda de prensa, el cardenal admitió que el nuevo arzobispo de Morelia, quién ocupará el cargo en enero del próximo año, se enfrentará a una “realidad social difícil” en Michoacán.
Suárez Inda expresó, “el señor arzobispo no viene a gobernar Michoacán, sino a encaminar a la pastoral, pero se enfrentará a una realidad difícil, no se ha puesto a la persona en el centro, nos ha faltado una verdadera educación, ese es el verdadero problema”.
Describió a Garfias Merlos como un hombre al servicio de Dios y la Iglesia, además de calificarlo como una persona que ha desempeñado un papel fundamental en el proceso de reconciliación y pacificación del estado de Guerrero, principalmente en la atención a las víctimas de la violencia y la corrupción en dicha entidad federativa.
A pesar de considerarse agradecido y tranquilo, Suárez Inda se reconoció insatisfecho ante “los grandes pendientes” de la Iglesia Católica en Michoacán, pues admitió las limitaciones de esta institución, en relación a las problemáticas que enfrentan las familias de la entidad.
“Confieso que no ha sido fácil este servicio, he pasado momentos difíciles, he experimentado impotencia ante los problemas y desafíos, estoy consciente de que he cometido errores y pecados de omisión, que no he sabido ayudar a mis hermanos, pido perdón”, dijo.
El cardenal también reconoció que la Iglesia Católica debe pedir perdón, además de ratificar la urgencia de una reforma al interior de la misma institución, pues mencionó que se debe solicitar el perdón a los sectores sociales a los que se ha agraviado en acción u omisión de los sacerdotes.
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