Washington, Estados Unidos.- Este miércoles inició la cuarta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que a raíz de las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que señala que si no hay un acuerdo en el que su país salga beneficiado se saldría del mismo; diversos expertos han calificado como la “ronda definitoria”.
Y es que el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, durante su comparecencia ante el Senado de la República, también precisó que si no hay un acuerdo positivo sería México quien se saldría de dicho tratado, al asegurar que si no es de interés nacional no es factible que se continúe “México no es el TLCAN”, Dijo.
Le llaman la “ronda definitoria” porque se tratarán tres de los temas más relevantes entre el comercio de los tres países y que tienen que ver con el sector automotriz, donde México es uno de los principales exportadores de autopartes con inversiones de empresas extranjeras, el agrícola, en donde se presume que el TLCAN ha sido “dañino” para el campo mexicano y el relacionado con el de salarios, en el que tanto Estados Unidos como Canadá, han exigido que se homologuen los salarios y se aumenten, para que disminuya la migración por buscar mejores condiciones de vida a esos países.
De esta ronda saldrá (de no disuadirse) el esquema para tratar en la quinta mesa de negociación e incluso, se tenía programado que las discusiones del TLCAN fueran desde este miércoles 11 y hasta el próximo 15 de octubre, sin embargo, se extendió por dos días es decir, se concluirá hasta el martes 17 de mes.
Hasta ahora, solamente Videgaray Caso ha declarado que en caso de que se rompa el TLCAN, habría repercusiones con Estados Unidos no solo en el tema de comercio, si no en la relación binacional. Por el momento el titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, no ha dado información oficial más allá de la que se conoce sobre la cuarta ronda de negociaciones.
En caso de que el TLCAN se disuelva, el comercio entre los países tendría que sujetarse a las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en las que se contemplan aranceles e impuestos por 2.5 y hasta 5 por ciento del valor comercial del producto. Y es que es precisamente el acuerdo no arancelario (por lo menos en teoría) uno de los “fuertes” del TLCAN que las tres naciones buscan modernizar.