Los chongos zamoranos fueron calificados entre los peores 50 platillos del mundo; este dulce michoacano ha sido uno de los más populares a nivel nacional
Morelia, Michoacán. – Hace algunos días te presentamos los 50 mejores platillos del mundo en 2022 según la guía culinaria “TasteAtlas”, entre los que destacaron las deliciosas carnitas de Michoacán; sin embargo, la revista también publica los peores platillos del año e increíblemente un “manjar” michoacano aparece en la lista.
Se trata de los deliciosos “chongos zamoranos” que fueron calificados como el platillo 31 en la lista de los 50 peores calificados del mundo en el 2022. Al postre michoacano, lo acompañan en el sitio 43 los romeritos que son típicos de la época navideña y en el lugar 44, el hígado encebollado.
La actualización de la revista TasteAtlas es ya de este mes. Y apenas en la última semana de enero, se consideró también al “menudo”, como uno de los peores platillos calificados durante 2022. Incluso la tradicional “guajolota” o torta de tamal, aparece en esa lista.
Parece increíble que se haya calificado a los chongos zamoranos como uno de los peores platillos del mundo, cuando este dulce michoacano ha sido uno de los más populares a nivel nacional y además, un referente de la ciudad de Zamora, que incluso, dedica un espacio gastronómico solo para la venta de este postre.
La popularidad de los chongos zamoranos es tal, que incluso se han ofertado enlatados para que otras regiones del país puedan probarlos. Pero los caseros hechos de manera artesanal en Zamora, no tienen comparación.
Los chongos zamoranos no son más que leche cortada y/o cuajada, con un toque de canela y piloncillo y su preparación es sencilla, pero solo las manos más experimentadas, pueden darle ese delicioso toque que los ha hecho populares.
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Una de sus preparaciones consiste en poner a calentar leche con piloncillo y canela, sin que esta llegue al punto de ebullición o a hervir, como se dice popularmente. Tras este paso, se tiene que agregar limón que actuará como elemento para cuajar la leche, que se deja reposar durante media hora y luego de este tiempo se vuelve a poner al fuego, esta vez al mínimo por un periodo aproximado de 2 horas. Pasados los minutos, se retira del fuego, se deja reposar, se cuela y se disfrutan.