En Estado de Michoacán permanecen impunes los casos de homicidios y las desapariciones de periodistas; hay falta de voluntad de autoridades
En Michoacán los casos de homicidios y desapariciones de periodistas permanecen impunes. La omisión y la falta de voluntad de las autoridades ha sido la constante en garantizar la protección del ejercicio periodístico.
Hoy se cumplen seis años del nacimiento del Colectivo NiUnoMás Michoacán, el cual se conformó tras conocerse de la desaparición del periodista Salvador Adame Pardo el 17 de mayo de 2017.
Pese al activismo del gremio periodístico, la falta de interés y voluntad de la clase política michoacana para accionar frente a la problemática ha sido la respuesta.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, los asesinatos de periodistas en México se cometen con mayor frecuencia, que en las tres administraciones federales anteriores.
En el Gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación, en promedio se asesina a un periodista cada cinco semanas; con Enrique Peña Nieto, era uno cada siete semanas; con Calderón uno cada seis semanas y media; y con Vicente Fox, uno cada 14 semanas.
En agosto de 2022 la organización Artículo 19 posicionaba a Michoacán como el segundo estado con mayor número de agresiones en ese año a la prensa, sólo por debajo de la Ciudad de México.
El recuento de la organización que atiende y da seguimiento a los casos de violencia contra periodistas señala que, de los tres niveles de gobierno, las personas servidoras públicas a nivel estatal son quienes más atacaron a la prensa con 61 casos (47.66 por ciento), seguido por el nivel municipal con 44 (34.38 por ciento) y posteriormente, agentes federales que perpetraron 23 ataques (17.97 por ciento).
En el caso de Michoacán las agresiones contra periodistas crecieron nueve veces más durante el primer semestre de 2022, con respecto a las registradas en el primero de 2021.
De 2006 a la fecha en esta entidad han sido asesinados 14 periodistas y cuatro más se encuentran desaparecidos.
Por lo que toca a los periodistas asesinados éstos son Jaime Arturo Olvera Bravo (2006), Gerardo Israel García Pimentel (2007), Miguel Ángel Villagómez Valle (2008), Martín Javier Miranda Avilés (2009), Hugo Alfredo Olivera (2010), José Antonio Aguilar Mota (2012), Arturo Barajas López (2012), Salvador Adame Pardo (2017), Fidel Ávila Gómez (2019), Luis Eduardo Ochoa Aguilar (2020), Abraham Mendoza Mendoza (2021), Roberto Toledo Barrera (2022), y Armando Linares (2022).
Cuatro son los periodistas desaparecidos en Michoacán: José Antonio García Apac, Mauricio Estrada Zamora, María Esther Aguilar Cansimbe, y Ramón Ángeles Zalpa.
Aún y cuando sus casos han sido atraídos por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos en contra de la Libertad de Expresión (FEADLE), permanecen en total impunidad.
Por las omisiones en la búsqueda de justicia en los casos de Ramón Ángeles y Mauricio Estrada, las organizaciones Propuesta Cívica y Reporteros Sin Fronteras promovieron el 2 de noviembre de 2022 ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, denuncia contra el Estado Mexicano.
María Esther Aguilar Cansimbe fue la primera periodista desaparecida en México. Ella cubría la sección policíaca para El Diario de Zamora y era corresponsal de Cambio de Michoacán.
El 11 de noviembre de 2009 recibió una llamada mientras daba de desayunar a sus hijas, salió de su casa para no volver. La periodista había denunciado previamente casos de violencia y abuso de autoridad por parte del jefe de la policía municipal Jorge Arturo Cambroni Torre, también, dio cuenta de las detenciones de jefes de plaza del grupo delictivo La Familia Michoacana.
José Antonio “El Chino” García Apac, fue el primer caso registrado en el estado de un periodista desaparecido. En el semanario que dirigía, Eco de la cuenca de Tepalcatepec, había consignado la operación de los grupos delictivos en la región y la aparición de La Empresa que después se convertiría en La Familia Michoacana.
Por la noche del 20 de noviembre de 2006 mientras viajaba solo en su camioneta de Tepalcatepec a Morelia, fue interceptado en el crucero de La Ruana mientras hablaba por teléfono con sus hijos, quienes del otro lado de la línea escucharon cómo su padre era golpeado y desaparecido.
A Mauricio Estrada Zamora, lo desaparecieron la noche del 12 de febrero de 2008 luego de terminar su última nota en La Opinión de Apatzingán; ahí le envió un mensaje a su compañero Hugo Alfredo Olivera Cartas –asesinado en julio de 2010- avisándole que ya se iba a descansar a su casa. Su automóvil se localizó al día siguiente abandonado en una brecha que conduce a Peña Colorada en el municipio de Buena Vista Tomatlán, a la altura del Puente de Fierro.
El seis de abril de 2010, Ramón Ángeles Zalpa, corresponsal en el municipio de Paracho del periódico Cambio de Michoacán, recibió una llamada telefónica para acudir a la obra en la que se construía un edificio de la Universidad Pedagógica Nacional que él venía gestionando. Sus familiares no volvieron a tener noticias de él.
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Ramón también era académico y activista social; como periodista dio cuenta de los conflictos en las comunidades indígenas en defensa de sus territorios y recursos. Tres meses antes de desaparecer, solicitó que en sus notas informativas dejara de aparecer su firma.