¿Puedes levantar la noche junto a la mano batiente?,
¿Miras llorar la flor que pisas?,
¿A dónde van los poetas callados?
cansados de maldecir el frío,
quién cobijará mis sueños,
con qué, además, maltratadas
las hojas frescas, agotados
los mismos nombres,
separados los amantes
por humo y plomo;
dónde queda
el último recurso
de dolerse y llorar
por otra guerra estúpida
que nos quita el habla.
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