Los hábitos de vida y los factores ambientales, como los es una vida saludable es determinante en la evolución de las enfermedades autoinmunes, revela Cristina Valencia Sánchez, neuróloga de la Mayo Clinic en Arizona.
Explicó que la nutrición, la actividad física y la exposición ambiental son cruciales para el desarrollo de patologías como la esclerosis múltiple y el MOGAD.
Según la experta, adoptar un estilo de vida saludable es fundamental como medida preventiva.
“Sabemos que una dieta equilibrada, como la mediterránea, y la actividad física regular pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes con esclerosis múltiple”, destacó. También resaltó que una insuficiencia de vitamina D está vinculada con un pronóstico adverso en estos casos. “Recomiendo a mis pacientes que mantengan niveles adecuados de vitamina D, ya que puede tener beneficios potenciales en la evolución de la enfermedad”, agregó.
Valencia Sánchez también mencionó que la exposición a contaminantes y virus específicos puede desencadenar o empeorar estas afecciones.
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“Factores como el tabaco o la exposición a infecciones virales, como el virus de Epstein-Barr, están claramente asociados con un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple”, señaló durante el 8º simposio de neurociencias en Ciudad de México el 4 de octubre de 2024, organizado por Médica Sur.
La neuróloga enfatizó la importancia de hacer vida saludable como lo es el ejercicio físico, adaptado individualmente, no solo para aliviar síntomas como la fatiga sino también para fortalecer la salud general y evitar enfermedades autoinmunes.
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“El ejercicio debe adaptarse a las condiciones de cada paciente, pero sin duda es fundamental para su bienestar”, explicó.
Por tanto, la relación entre los hábitos de vida saludables y las enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple y el MOGAD, es evidente.
Mantener una alimentación balanceada, realizar actividad física apropiada y minimizar la exposición a factores de riesgo puede mejorar significativamente la vida de los pacientes.
A medida que avanza la investigación, entender cómo los estilos de vida afectan estas enfermedades es crucial para su manejo integral.