Descubre el impacto del humo de los incendios forestales que agrava condiciones en la piel como el eccema.
La frecuencia y severidad crecientes de los incendios forestales están teniendo un impacto directo sobre la salud de la piel, exacerbando afecciones como el eccema. Personas con síntomas de irritación y picazón en la piel, o aquellos que notan brotes súbitos de eccema, podrían estar experimentando las consecuencias de la polución atmosférica resultante de estos desastres naturales.
Investigaciones recientes han demostrado un vínculo inequívoco entre la incidencia de incendios forestales y un incremento en las visitas a dermatólogos en épocas de incendios.
El Eccema
El eccema, una enfermedad de la piel crónica y prevalente, afecta a cerca del 10% de la población en Estados Unidos, manifestándose a través de parches inflamados, secos y pruriginosos en la piel.
La dermatitis atópica, que es la forma más habitual de eccema, a menudo tiene raíces genéticas y suele aparecer en la infancia. Aunque los brotes tienden a empeorar en invierno por el clima frío y seco, este patrón está cambiando.
La doctora Arianne Shadi Kourosh, del Hospital General de Massachusetts, observó un incremento atípico de casos de eccema en verano. Mientras que las clínicas dermatológicas suelen atender menos de veinte pacientes al mes por esta condición, la cifra aumentó a 160 coincidiendo con los devastadores incendios en Canadá en 2023, que quemaron más de 16 millones de hectáreas y cuyo humo se esparció por Estados Unidos y Europa, afectando la calidad del aire.
El Gran Impacto producido por Incendios Forestales en la piel
El análisis de datos de los últimos cuatro años correlacionó las visitas por problemas de piel con la intensidad de la polución aérea. Estos descubrimientos son acordes con otros estudios que sugieren un crecimiento en los brotes de eccema y psoriasis vinculados a la contaminación de los incendios.
Los especialistas señalan que los contaminantes aéreos inician una reacción de estrés oxidativo en el organismo, dañando la barrera de la piel e incrementando la inflamación, lo que puede agravar el eccema. Es esencial limitar la exposición al aire libre durante los periodos de baja calidad del aire por incendios. Se aconseja permanecer dentro de casa, cerrar puertas y ventanas, y usar filtros de aire si es posible.
Se recomienda también el uso de protectores solares minerales con zinc o titanio, que actúan como barrera protectora contra partículas y rayos UV. Es importante limpiar la piel y aplicar cremas hidratantes hipoalergénicas después de la exposición al aire libre.
Finalmente, es clave monitorear la calidad del aire local a través de recursos confiables como AirNow.gov. La conexión entre los incendios forestales y los problemas dermatológicos enfatiza la necesidad de tomar medidas preventivas y buscar atención médica especializada para contrarrestar los impactos de la polución atmosférica en la salud de la piel.