Expertos exploran el impacto y el potencial real de la IA en educación en el entorno escolar moderno.
Estados Unidos.-En el contexto de las transformaciones que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), han traído a todos los ámbitos sociales, las instituciones educativas mantienen una base sólida que incorpora estas innovaciones de manera gradual, sin perturbar los cimientos en educación.
Justin Reich, profesor asociado en el programa de Redacción y Estudios Comparativos de Medios del MIT, centra su investigación en desmitificar la idea de que la tecnología será el catalizador de un cambio radical en las escuelas.
Según Reich, las herramientas tecnológicas fomentan una evolución más que una revolución, en un entorno educativo que ya está en constante cambio.
Reich sostiene que, “en la historia de la tecnología educativa, los dos hallazgos más comunes son, en primer lugar, que cuando los profesores obtienen una nueva tecnología, la utilizan para hacer lo que ya estaban haciendo”.
Por ende, “se necesita bastante tiempo, práctica, entrenamiento, errores, nuevos intentos e iteración para que las nuevas tecnologías conduzcan a prácticas nuevas y mejores”.
El efecto de la tecnología en la educación es también desigual. Reich argumenta que las tecnologías diseñadas para el aula benefician desproporcionadamente a los más acomodados, incluso cuando se ofrecen herramientas gratuitas, ya que estos últimos tienen más recursos para aprovechar las innovaciones.
Además, Reich evalúa el impacto de la inteligencia artificial en las escuelas. A pesar de las expectativas de que la IA podría revolucionar la manera en que los estudiantes aprenden, Reich no está de acuerdo.
“Los profesores están encontrando formas modestas de integrarla en su práctica, pero la función principal de la IA en las escuelas es que los niños la utilicen para hacer sus tareas, lo que probablemente no sea bueno para el aprendizaje”, afirma.
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Los docentes están incrementando las tareas de escritura en clase para contrarrestar el uso de chatbots como ChatGPT, una práctica que, según Reich, ya se ha estado implementando exitosamente durante la última década. No representa un tsunami que los desborde.
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Finalmente, Reich promueve una visión realista de los avances tecnológicos: “Muchas cosas nuevas probablemente sean útiles de alguna manera, en algún lugar, así que encontrémoslas”.
Mientras tanto, sugiere que las escuelas deben enfocarse en problemas que la tecnología no puede resolver, como el ausentismo escolar debido a problemas socioeconómicos. Para una integración tecnológica óptima, las instituciones deberían experimentar a largo plazo y de manera diversa.
En lugar de buscar soluciones radicales, Reich recomienda una aproximación paciente y moderada, similar a la tortuga que, al final, supera a la liebre.