En el documento se establece también que las personas con discapacidad y enfermedad física o mental son considerados vulnerables
Morelia, Michoacán.- Con la firma del “Motu Proprio” (documento de iniciativa directa del Papa) para la defensa de los menores y personas vulnerables, la Iglesia Católica impone nuevas normas, leyes y reglamentaciones para combatir el abuso contra menores, a manos de sacerdotes.
A decir de el arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, “los documentos firmados expresan leyes, normas e indicaciones muy específicas en el motu proprio, el único de los tres textos para los que la firma papal es indispensable y se expresa el deseo de que todos sean conscientes del deber de denunciar los abusos de las autoridades competentes y de cooperar con ellas en las actividades de prevención y de lucha, afirmando así un principio significativo”.
Entre las innovaciones de estas nuevas leyes para combatir el abuso contra menores y personas vulnerables, destacan el hecho de perseguir de oficio los delitos de abuso, no solo sexual sino de otras características. En incluso, sanciones para todos aquellos sacerdotes que tengan conocimiento de abuso y no lo denuncien.
“A partir de ahora todos los delitos relacionados con el abuso de menores, no sólo los de carácter sexual como sino también, el maltrato, serán perseguidos de oficio, es decir, incluso en ausencia de un informe. La segunda novedad es la introducción de una prescripción de 20 años que comienza en caso de delito a un menor, a partir de los 18 años. La otra se refiere a la obligación de denunciar y sancionar al funcionario público que no denuncie ante la autoridad judicial vaticana los abusos de los que ha tenido conocimiento, sin perjuicio del sello sacramental, que es el secreto inviolable de la confesión”.
El sacerdote, hizo énfasis en que aunado a lo anterior, la Iglesia continuará con el acompañamiento a las víctimas de abuso a manos de algún sacerdote; y aunque confirmó que si el conocimiento de un caso se da en confesión, el presbítero podrá alentar a la víctima para que haga una denuncia o lo hable fuera de la confesión, a fin de que este pueda ser perseguido por las autoridades vaticanas.
“El propósito de Francisco es claro e inequívoco: la protección de los menores y de las personas vulnerables es parte integrante del mensaje evangélico que la iglesia y todos sus miembros están llamados a difundir en todo el mundo”.