El arzobispo se pronunció a favor de la vida, a justificar que desde el momento de la concepción se “fijan programas de lo que será un nuevo ser humano”
Morelia, Michoacán.- “La genética moderna muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será el siguiente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas”, expuso el arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, al reiterar la postura de la Iglesia Católica que va contra el aborto.
“Con la fecundación inicia una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar. Pero más allá de los debates científicos y de las mismas afirmaciones filosóficas, la iglesia siempre ha enseñado y sigue enseñando, que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad corporal y espiritual”.
Fue en el marco de la aprobación del aborto legal en el Estado de Oaxaca, que se convierte en la segunda entidad en aprobar la práctica de interrupción del embarazo después de la Ciudad de México. De ahí, que retomara el tema para señalar: “el ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable a la vida”.
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Garfias Merlos, hizo referencia a las campañas pro aborto que se manifiestan con marchas, movimientos e incluso “acciones violentas” y señaló que quienes las encabezan, deben entender que el llamado Estado Laico, se refiere al respeto de las ideas y posicionamientos de cada sector de la sociedad y no a un “mutis” que tenga que hacer la Iglesia Católica, respecto a los derechos y obligaciones de las personas.
“Actualmente en nuestro Estado de Michoacán, algunos intentan justificar el aborto antes de las 12 semanas, sin tener en cuenta que: desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre, ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. La Iglesia Católica seguirá proclamando la sacralidad de la vida humana”.