Clinton tiene cuatro desafíos: unificar al Partido Demócrata, calmar las preocupaciones sobre su confiabilidad, convencer a los votantes independientes de que Trump no es apto y generar entusiasmo sobre su propia campaña
Hillary Clinton subió al escenario esta noche para convertirse en la primera mujer en la historia en aceptar la candidatura de un partido político importante a la presidencia de Estados Unidos.
“Es con humildad, determinación y una infinita confianza en la promesa de Estados Unidos que acepto su nominación para la presidencia de Estados Unidos”, dijo, en el discurso más importante de su carrera política.
Clinton parecía casi superada por la emoción al entrar entre aplausos y abrazó a su hija, Chelsea, quien la presentó como la próxima presidenta de los Estados Unidos.
Después de recibir el apoyo decidido de figuras prominentes de su partido, encabezados por el presidente Barack Obama, y su rival en la primaria, Bernie Sanders, ahora Clinton debe asegurar el apoyo del electorado de cara a la elección de noviembre.
“Seré una presidenta para demócratas, republicanos, independientes, para quienes voten por mí y para quienes no voten por mí”, dijo Hillary.
Clinton llegó rápidamente a los votantes decepcionados de Bernie Sanders. Con el senador de Vermont observando desde la arena, Clinton dijo a sus partidarios “Los he oído. Su causa es nuestra causa”.
“Nuestro país necesita sus ideas, su energía y su pasión. Es la única forma en que podemos transformar nuestra plataforma progresista en un cambio verdadero”.
“No construiremos un muro”
Al grito de “únanse”, la ya candidata demócrata a la presidencia fue desglosando algunos de sus planes durante su discurso.
Recuperó la promesa de la reforma inmigratoria, afirmando que esta “hará crecer la economía y mantendrá a las familias unidas”.
“No construiremos el muro, construiremos una buena economía”, dijo, en referencia a la propuesta de Trump de construir un muro en la frontera sur del país pagado por México.
“Creo que es inhumano echar a los inmigrantes del país”, dijo.
Clinton también se esforzó por llegar a los obreros blancos, muchos de los cuales se quedaron atrás con la globalización económica y el cambio tecnológico y han sido atraídos por el mensaje contra la élite de Trump.
“En este momento, una gran cantidad de gente siente que hay menos y menos respeto por el trabajo que hacen”, dijo, y admitió que los políticos no habían hecho un buen trabajo por mostrar que los entienden.
El primer golpe a su rival llegó temprano.
“No dejen que nadie les diga que no tenemos lo que se necesita”, dijo Clinton. “Por encima de todo, no creo a nadie que diga: ‘Solo yo puedo solucionarlo'”, dijo en una referencia al discurso de aceptación de Trump.
También burlándose del discurso de aceptación de Trump, dijo que “habló durante más de 70 minutos” y no aportó “soluciones reales” que ayuden a los estadounidenses.
“A mí me encanta hablar de mis planes”, dijo.
En cuanto a la seguridad nacional, Clinton advirtió que un presidente tiene que tomar decisiones sobre guerra y paz, vida y muerte.
“Pregúntese: ¿De verdad piensa que Donald Trump tiene el temperamento para ser comandante en jefe? Donald Trump ni siquiera puede manejar una campaña presidencial”, dijo.
“Pierde la calma a la menor provocación”.
“Un hombre al que puedes tentar con un tuit no es para confiarle armas nucleares”, agregó.
Por el contrario, ella dijo que sería un comandante en jefe con “inteligencia, juicio y determinación”.
En medio de las acusaciones de los republicanos de que el estado de ánimo optimista de la convención demócrata ha ignorado la amenaza de ISIS y el terrorismo islámico, Clinton fue específica acerca de las amenazas a la seguridad nacional globales que se ciernen y se presentó a sí misma como una líder firme para una nación ansiosa y en busca de tranquilidad.
“Cualquiera que lea las noticias puede ver las amenazas y la turbulencia que enfrentamos”, dijo Clinton. “De Bagdad a Kabul, a Niza a París y Bruselas desde San Bernardino a Orlando, nos enfrentamos a enemigos decididos que hay que derrotar, razón por la que la gente está ansiosa y en busca de tranquilidad. En busca de un liderazgo firme”.
Los retos en la campaña
Tiene cuatro desafíos: unificar al Partido Demócrata en un momento en que muchos seguidores de Sanders insisten en que no se rendirán, calmar las preocupaciones sobre su confiabilidad, convencer a los votantes independientes de que Trump no es apto para ser comandante en jefe y generar entusiasmo sobre su propia campaña durante un año de intenso pesimismo.
Clinton que convence al publico estadounidense que como mujer tiene el carácter, el liderazgo y la fortaleza para llegar a la Casa Blanca. Además tendrá que ofrecer un contraste con su contrincante republicano quien describe un panorama bastante sombrío en materia de seguridad, empleo e inmigración.
Su gran reto será persuadir a los estadounidenses de que entiende la frustración y la ansiedad económica en un momento en que muchos de ellos aún no confían en ella.
La presión es alta debido a que la contienda está muy apretada en las encuestas, particularmente entre los votantes de la clase blanca trabajadora en estados como Ohio y Pensilvania, del llamado cinturón industrial de EE.UU.
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