Mal anda la cosa en Morena. El partido en el gobierno está extraviado sin la guía de Andrés Manuel López Obrador.
La división es la divisa, a menos de un año que inicie el proceso para la elección intermedia del 2021.
Ese año es crucial para López Obrador. Están en juego 15 gubernaturas y se renovará, en su totalidad, la Cámara de Diputados Federal. Hay riesgo de que pierdan la cómoda mayoría que ahora tienen.
Los ambiciosos vulgares no vacilan en lanzar fuego amigo para desprestigiar al adversario interno.
Los jaloneos son frecuentes. Las diferencias, mayúsculas.
Los golpes bajos abundan.
Todos sabemos que los balazos y trancazos que se lanzan unos y otros obligaron a posponer el proceso interno para renovar la dirigencia nacional. Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján no paran de lanzarse pullas.
Morena está en su peor crisis. Cada quien jala agua a su molino sin importar el daño que provocan en la joven agrupación política. El pastel es grande y se lo quieren comer todo.
La punta de lanza de la ofensiva de los radicales en esa guerra fratricida es la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ), que encabeza el acomodaticio Héctor Díaz Polanco.
Este hombre salió en defensa de Martí Batres y sus afanes reeleccionistas en la presidencia de la Mesa Directiva del Senado, cuatro meses después de su derrota en las elecciones internas de la bancada de Morena.
Martí se embelesó con el cargo y aun cuando quedó clara su derrota ante Mónica Fernández, la mujer que lo sucedió en el año de la paridad de género, se inconformó ante la CNHJ.
Una vez terminado el periodo ordinario de sesiones, el jueves pasado, la Comisión hizo pública una “amonestación” a Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de ese partido en el Senado.
“Resulta conveniente recordar al C. Ricardo Monreal Ávila, que como integrante de Morena debe tener presente en su quehacer cotidiano, que es portador de una nueva forma de actuar, basada en valores democráticos y humanistas y no en la búsqueda de la satisfacción de intereses egoístas, de facción o de grupo”.
¿Buscar la reelección cuando no traes el apoyo mayoritario no es egoísta? Es pregunta.
Martí, obvio, lo celebró. “Confirma mi victoria moral”. Escribió en Twitter.
*A Monreal lo acusan ahora de apoyar –junto con sus hermanos– la formación de nuevo partido que encabezaría su amigo Pedro Haces, senador suplente de Germán Martínez.
Se trataría de un esfuerzo para forzar a la cúpula de Morena a un acuerdo para obtener candidaturas, según el periodista zacatecano Benjamín Moctezuma.
Le preguntamos a Monreal sobre la veracidad de esa versión. “No es así. Es fuego amigo. Aunque es mi amigo Pedro Haces”.
–¿ Y qué motiva ese fuego amigo?
–Temor. Por eso la amonestación injustificada.
Y la agresión permanente de Morena y del grupo de la jefa de Gobierno (Martí, CNHJ, Morena…).
De paso le dio un raspón a Díaz Polanco:
“Primero la jugó con Yeidckol, ahora con Bertha.
Pero ambas quisieran verme fuera. Les hago mucho ruido.
Las dos tienen el partido hecho pedazos”.
*Díaz Polanco fue más lejos en su intromisión en el Senado. Pidió la expulsión de la senadora Lilly Téllez de la bancada de Morena, por considerar que no es protagonista del “cambio verdadero”.
Pero se va a topar con pared. La mayoría de senadores se solidarizaron con Lilly.
Monreal la calificó de mujer honorable y congruente.
“Si es su deseo, siempre será parte de la bancada.
Lamentamos el
requerimiento de la CNHJ de Morena. Debe haber libertad de expresión y
manifestación, que cuidaremos e impulsaremos. Actuaremos jurídicamente”,
dijo.
Lilly Téllez se mostró escéptica cuando le preguntamos sobre la declaración de Martí Batres, en el sentido de que la petición de la CNHJ no prosperaría. “Es posible que él mismo haya estado en esto. Me da coraje la simulación”, recalcó.
Y más: “Utilizan de pretexto lo del aborto para dar cauce a sus odios. Nunca me van a perdonar que pidiera la cabeza de Salmerón. Esto es venganza porque perdió el cargo luego de mi petición, después de que llamó valientes a los asesinos de Garza Sada”.