El crecimiento de los grupos criminales y los cárteles en Michoacán y su impacto en la seguridad regional.
Morelia, Michoacán.- El periodista, Jesús Lemus advierte que en México, las organizaciones criminales se han potencializado, al pasar de ocho grupos delincuenciales en la época de Felipe Calderón Hinojosa a 18 en el sexenio de Enrique Peña Nieto y a 75 con el actual régimen de Andrés Manuel López Obrador.
Michoacán no es la excepción, de haber tenido uno hace tres sexenios, hoy cuenta con 18 organizaciones criminales que aglutinan al menos a 15 mil delincuentes, lo equivalente a poblaciones que habitan las localidades de Cotija, Purépero o Coalcomán.
Luego de presentar su último libro “El Cártel Judicial”, radiografía de un poder fallido, dentro de la Tercera Feria Internacional del Libro de Morelia, el especialista en temas de narcotráfico, corrupción y despojo de recursos, adelantó a Contramuro, el trabajo que realiza en cuanto al crecimiento de los grupos criminales, su ramificación en la operatividad de diversos delitos y la fallida estrategia del gobierno lopezobradorista para combatirlos.
Lémus advierte que la militarización propuesta por el Ejecutivo Federal no significa una solución para el problema delictivo que vive el país, sino un avasallamiento de mandos militares que ven acrecentados sus activos con lo que ellos mismos venden a la Sedena.
“El problema de México se debe combatir atacando directamente el financiamiento de los grupos criminales, sino se atacan las fuentes de dinero, esto no va avanzar, vamos a seguir siempre en una guerra constante y eso es lo que quiere el Ejército, porque en una guerra el Ejército gasta más balas, más uniformes, más llantas, más gasolina y esos son los insumos de la guerra en la que está metida mucha gente del propio Ejército Mexicano que está trabajando y beneficiándose de ello”, menciona.
De la radiografía expuesta, Lemus asegura que en Michoacán operan por lo menos 18 cárteles, en su mayoría ramificaciones de la Familia Michoacana, algunos derivados de los Valencia y otros más del grupo de Carlos Rosales, grandes grupos delincuenciales como “La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y pequeños como Los Viagras, los Blancos de Troya, los Chilangos. 18 organizaciones criminales que son las que están causando la violencia en el Estado”, apunta.
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Michoacán no estuvo exento de ese crecimiento exponencial, al haber pasado de un solo cártel, el de la Familia Michoacana que fundó Carlos Rosales, a la atomización de los 18 que contabiliza en la actualidad, pero lo peor es su ramificación en los delitos que operan.
El problema en el país no son la extorsión, el cobro de piso, el secuestro, la venta o consumo de drogas, sino la existencia de los cárteles y el financiamiento que se deriva de su ejecución, pues éste es tan grande, que la variante de actividades delincuenciales obedece a ello, a su propia subsistencia.
“Los cárteles llegan a crecer tanto que el trasiego de droga no les es suficiente, trasladan poca. De hecho los cárteles en Michoacán, estamos hablando de que producen solamente algo de anfetaminas, algo de cocaína que logran meter desde Colombia y pura mariguana, eso no les es suficiente para mantener a una planta laboral, por decirlo de alguna manera, que podría ser en Michoacán, como de unos 15 mil trabajadores entre todos lo cárteles”.
Por eso es que incursionan a otras actividades económicas como la extorsión, el sicariato, la piratearía, la prestación de servicios de seguridad, la extorsión, en sí, dijo, en 22 actividades delictivas amen del trasiego de drogas, por eso han pasado de cárteles a grupos del crimen organizado, “criminales que hoy están tratando de sobrevivir económicamente y ese es el grave problema, siguen reclutando gente, no hay para pagarles y cada quien busca la forma de financiarse, a través del cobro de piso principalmente y eso es lo que pone en problemas a los productores agrícolas, como los limoneros, o aguacateros, pero también a los taxistas, a los tiangueros, y a otros grupos económicos”, menciona y advierte nuevamente que eso, es lo que no ha atacado el Estado, ni las Fiscalías.