El teatro Matamoros en la capital del estado, La casa de la cultura de Uruapan y los teatros al aire libre de Lázaro Cárdenas, algunos de los ejemplos de estas construcciones
Morelia, Michoacán.- Aunque Michoacán se caracteriza por ser un estado rico en cultura, muchas veces sus gobernantes no apuestan por este rubro, realizando algunas obras que quedan en el olvido y se convierten en elefantes blancos.
En la cultura occidental, la expresión “elefante blanco” hace alusión a una obra pública de construcción, mantenimiento o instalación de un bien inmueble, el cual tiene un impacto negativo para la comunidad debido a que ha sido abandonada o está inconclusa.
Algunos casos que se pueden apreciar en nuestro estado son la Casa de la Cultura del municipio de Uruapan, los teatros al aire libre de Lázaro Cárdenas y la eterna reparación del teatro Matamoros en la capital del estado.
Uruapan y su Casa de la Cultura
El edificio donde se encuentra actualmente la Casa de la Cultura en Uruapan es considerado un monumento histórico y data del siglo XVIII, es parte del conjunto conventual franciscano que se encuentra ubicado en el primer cuadro de la ciudad.
Desde el 2016, muchos de los habitantes de dicho municipio se habían quejado que la Casa de Cultura no fungía con el destino que se le había brindado, ya que sólo servía para brindar ruedas de prensa y como bodega para guardar diferentes objetos de las dependencias.
Poco a poco se le fue brindado notoriedad con algunas exposiciones y presentaciones, aunque desde el citado año, la Secretaría Municipal de Cultura y Turismo reportó ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia que la fachada del edificio se ha desprendido lo que ha generado un conflicto para quienes quieren entrar, ya que consideran de alto riesgo el ingresar.
Muy pocas personas apuestan por entrar y los artistas de dicha región, deciden hacer sus presentaciones en otras partes, evitando y abandonando el lugar que se destinó para la promoción de la cultura en Uruapan.
Los teatros al aire libre de Lázaro Cárdenas
Dicho teatro fue construido durante la administración del perredista Mariano Ortega en su administración 2008-2011, el cual serviría para la creación de esparcimiento para el arte y la cultura de esa región, aunque lamentablemente sólo sirvió para que personas lo vandalizaran y lo destruyeran.
Según medios locales, en diez años de construcción sólo se presentaron dos puestas en escena en las pasadas fiestas de septiembre, sin que hasta el momento se tenga contemplado algún otro evento.
Las administraciones que han estado al frente de este municipio desde el 2011 a la fecha sólo se han encargado de darle mantenimiento, sin embargo, no se han enfocado en darle el uso correspondiente.
El espacio ha sido víctima del grafiti, robo del cableado y según algunos vecinos del lugar, sirve como vivienda para aquellas personas que no cuentan con una casa.
La eterna reparación del teatro Matamoros
Lo que sería un importante obra para la capital michoacana, se ha convertido en un elefante blanco que a lo largo de diez años, ha recibido millones de pesos para su restauración que hasta este momento no se ha finalizado.
La reconstrucción del Teatro Matamoros inició en el 2009 siendo gobernador del estado Leonel Godoy, en un inicio se destinó 150 millones de pesos, indicando que su inauguración sería el 15 de septiembre del 2010, esto como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia.
Se designó que Cuauhtémoc Cárdenas Batel, socio del Festival Internacional de Cine, quedaría como presidente del fideicomiso destinado para dicha obra, el cual llegada la fecha de entrega no se entregó y de la cual, jamás se han dado a conocer la verdad inversión que ha tenido.
Se estima que el monto dado a dicha obra asciende a más de 600 millones de pesos, sin embargo esta cantidad no ha sido suficiente para terminarla, aunque varias autoridades han señalado que ya tiene un avance del 95%.
Estos son sólo algunos de los ejemplos de edificaciones que han sido destinadas para el sector cultural y que debido al poco interés de los gobernantes, así como presidentes han quedado en el olvido.