El tema del gasolinazo impactó negativamente la imagen pública y la reputación del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, la de su gobierno y la de su partido político: el PRI. Los factores que más daño le han provocado son: a) la crítica constante y consistente de los partidos políticos de oposición, particularmente las del PAN, PRD y MORENA; b) la crítica de algunos sectores de la sociedad civil, en particular empresarios poderosos que han visto crecer su influencia pública desde el tema de la llamada Ley 3 de 3; c) la crítica abrumadora y por momentos sistematizada desde las redes sociales Facebook y Twitter; d) la crítica ácida del ciudadano ordinario que en los cafés, en los comedores de sus casas, en las plazas públicas o en ciertos medios de comunicación, se han lanzado contra el alza del precio de las gasolinas.
¿Hay razón para la crítica en contra del gobierno de Enrique Peña Nieto? Sí la hay, porque los mexicanos están cansados de sentir que sus gobernantes no los protegen. Pero también hay razones difundidas desde el gobierno federal, para explicar el porqué del alza del precio de las gasolinas.
Digámoslo de forma sencilla: subió el precio de los combustibles, porque se ha liberalizado el mercado y habrá más competidores (proveedores). Ahora el gobierno federal (PEMEX) dejará de tener un control absoluto de los hidrocarburos en el país y alguien -que no sea el gobierno de la República- debe pagar los gastos de operación de la industria; en este caso, será el ciudadano. No iré más allá en los argumentos, porque no es el objetivo de mi análisis.
A pesar de los argumentos técnicos que explican el porqué es conveniente la liberación del sector de los hidrocarburos en México, la imagen de Enrique Peña Nieto ha quedado muy disminuida, y se seguirá aprovechando el entorno para disminuirla a su mínima expresión, lo cual no será difícil.
¿Cómo debería convencer el gobierno federal y el PRI a los mexicanos de lo hecho? Es una misión compleja de comunicación por diversas razones que explicaré, y francamente dudo que las cosas mejoren sustancialmente para el Presidente, para su partido y para el gobierno federal.
- La explicación del gobierno federal ha sido demasiado técnica, y no saben o se les olvida, que el cerebro del ser humano es perezoso y no le gusta gastar energía en pensar o en comprender, por lo tanto, las explicaciones técnicas seguirán siendo rechazadas por el cerebro de la mayoría de los mexicanos.
- La estrategia en redes sociales organizada por el PRI y el gobierno de la República, lo único que genera es más molestia entre los ciudadanos. ¿Por qué? Porque el repetir y repetir (rt´s o comparticiones) en redes sociales, genera en los ciudadanos la idea de que el gobierno quiere ganar la partida a como dé lugar. Al ser un tema poco comprendido por el ciudadano promedio, multiplicar la defensa técnica del alza de los precios de las gasolinas, genera un efecto contrario, frustración y enojo.
- El gobierno federal o el PRI como partido político, no han activado -con ningún tipo de acción- en el cerebro de los mexicanos, el llamado sistema de recompensa. Recordemos que los humanos nos movemos motivados por dos tipos de sistema: a) Aversión a la pérdida (nos da miedo perder algo); b) sistema de recompensa (nos encanta recibir alguna ganancia). El alza de los precios de las gasolinas, hace que la gente sienta que pierde su patrimonio, su poder adquisitivo, su seguridad financiera, etc., y desde el gobierno federal o desde el PRI no explican qué ganarían los mexicanos (si es que existe alguna ganancia).
Estas son 3 razones que imposibilitan que el mensaje del gobierno de la República y el del propio Partido Revolucionario Institucional convenza y persuada: es técnico y complejo, y a pesar de esto, se masifica en redes sociales este mensaje complejo y no se activa el sistema de recompensa que podría aliviar el dolor que siente el cerebro de los mexicanos.
¿Qué hacer para convencer y persuadir a los mexicanos? Además de comprender lo explicado, se requiere una campaña estratégica de marketing y neuromarketing para que la comunicación, mensaje e imagen impacten positivamente. Algo adicional que podría funcionar muy bien: generar un alto contraste en la forma de gobernar entre los priístas Vs los políticos de los demás partidos políticos; por ejemplo: agarrar, encarcelar y confiscar las riquezas mal habidas de políticos priístas ladrones y corruptos, generaría un gran contraste que activaría el “cerebro primitivo” de los mexicanos y, desde luego, mejoraría la imagen y la reputación de Enrique Peña Nieto, de su gobierno y del PRI.
@christian_gtz
[i] El autor es Licenciado en Derecho, Maestro en Ciencia Política, candidato a Doctor en Política, Gobernabilidad y Políticas Públicas y actualmente estudia una maestría en Neuromarketing.