Alta fiscalidad impulsa la fuga de millonarios de Nueva York a California.
Nueva York y San Francisco, ciudades conocidas por albergar a numerosos millonarios, enfrentan una ironía fiscal; A pesar de su riqueza concentrada, los magnates critican los elevados impuestos y las políticas estatales que emplean tecnología de inteligencia artificial para su aplicación, esta presión fiscal está forzando a muchos a una fuga a estados con menor carga tributaria.
“Los funcionarios estatales están intensificando el ya intenso escrutinio para asegurarse de que los antiguos residentes realmente se hayan mudado. Es una operación compleja que implica inteligencia artificial de última generación y el seguimiento de todo, desde los viajes hasta la ubicación de las mascotas de las personas”, afirman Laura Nahmias y Eliyahu Kamisher, refiriéndose a la iniciativa del Estado de Nueva York, lanzó la aplicación TaxDay.
La misma rastrea la ubicación de los usuarios, esta no debe exceder la cantidad de días, la cual activaría el estatus de residencia.
El Instituto Mises critica que el Estado de Nueva York se concentra especialmente en aquellos que ingresan más de un millón de dólares anuales.
“Los auditores de Nueva York vigilan de cerca los viajes y aplican un estándar conocido como ‘la prueba del osito de peluche’, observando dónde guardan las personas sus posesiones más preciadas para determinar si una casa es su residencia principal”, afirman Nahmias y Kamisher.
Según la normativa neoyorquina, se considera residente a quien haya pasado 183 días en el estado o mantenga un “lugar de residencia permanente”, que puede ser incluso una casa de vacaciones.
Los recaudadores de impuestos investigan meticulosamente el patrimonio de los individuos.
El Instituto Mises compara esta realidad con la distopía de ‘1984’ de George Orwell. “Los registros bancarios, las facturas telefónicas y las fotografías familiares están bajo el microscopio. Los auditores están respaldados por sofisticados sistemas de seguimiento fiscal impulsados por inteligencia artificial que detectan inconsistencias en las declaraciones”, aseguran Nahmias y Kamisher.
En California, el exauditor fiscal Chris Parker comenta, “las personas que se mudaron a otro estado no son delincuentes debido a su mudanza y, sin embargo, regularmente se les trata como tales”. Parker critica las altas tasas impositivas del estado, que pueden alcanzar el 14.4%.
Así, tanto en la costa este como en la costa oeste, se libra una batalla entre millonarios y auditores fiscales, una representación de la eterna lucha entre intervencionismo y libre mercado.