Explora el origen y la influencia de la fiesta del Sol Invicto en la Navidad y cómo esta tradición pagana se integró al cristianismo
“Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida.”
Estas palabras de Jesús en el Evangelio de Juan (8, 12) fueron fundamentales para determinar la fecha de nacimiento del fundador del cristianismo, que los evangelistas no especificaron. Este versículo respaldó teológicamente la elección del 25 de diciembre para celebrar la Navidad desde hace casi 17 siglos, coincidiendo con la festividad del Sol Invicto.
El Sol Invicto, cuyo evento oficial se llamaba Nativitas Solis Invicti, se celebraba el 25 de diciembre en honor a una deidad solar. Según el historiador Javier Alonso, este dios no era predominante en el panteón romano, a diferencia de figuras como Júpiter y Marte.
También te puede interesar: ¿Cuál es la verdadera fecha de nacimiento de Jesús?
Historia de la fiesta de El Sol Invicto
Santiago Castellanos, experto en Historia Antigua, menciona que este culto se introdujo en Roma desde Siria por el emperador Heliogábalo, quien reinó entre 218-222 d.C.
Heliogábalo elevó a El-Gabal, una deidad solar que adoraba, por encima de Júpiter en el panteón romano, renombrándolo como Deus Sol Invictus. Este culto lo impulsaron sucesores como Aureliano y más tarde por Constantino, quien estableció el dies Solis, ahora conocido como domingo, como día de descanso.
La festividad del Sol Invicto se situaba entre otras celebraciones romanas como las brumales y las saturnales, que incluían banquetes, intercambio de regalos y decoraciones, similares a las modernas celebraciones navideñas.
Con la oficialización del cristianismo como religión del Imperio por el emperador Teodosio en 392 d.C., se buscó una fecha para celebrar el nacimiento de Jesús, eligiendo el día del Sol Invicto. Esta decisión se apoya en pasajes bíblicos que comparan a Jesús con el sol que ilumina las tinieblas.
Aunque hay teorías que sostienen que el 25 de diciembre podría ser la fecha real del nacimiento de Jesús, la integración de la fiesta del Sol Invicto al calendario cristiano muestra cómo los ritos y tradiciones pueden adaptarse y reinterpretarse.