Foto: Ireri Piña/Contramuro

Morelia, Michoacán.- Un extraño ambiente vislumbraban algunos pequeños postrados alrededor de la puerta principal del Planetario de Morelia “Felipe Rivera”, y es que frente a ellos, una mujer vestida con playera verde hacia una serie de movimientos con las manos y gesticulaba en algunas ocasiones. Los niños sabían que se estaba comunicando con otro grupo de infantes que atentos la miraban, pero no comprendían el por qué.

Su profesora, una mujer joven se acercó para pedirles que no observarán tanto a los niños, que no tenían diferencia alguna con ellos, a excepción de que no podían escuchar “son sordos” preguntó una niña; “sí, pero como todos entienden y son entendidos, de manera diferente pero eso no los hace menos personas”. Al decir eso, la mayoría de los pequeños se retiraron para internarse entre los jardines del Centro de Convenciones y seguir jugando.

En cambio, los pequeños “sordos” continuaban atentos a las indicaciones que se les hacía. Acto seguido, llegó ante ellos la secretaria de Turismo en Michoacán, Claudia Chávez López, quien se dirigió a ellos de manera pausada para que su intérprete les comunicara el mensaje. Ahí, les explicó que forman parte de un programa que este jueves se llevó a cabo en el marco del Día de los Museos.

Foto: Ireri Piña/Contramuro

Algunos con el rostro sorprendido y otros con expresión de enfado, fueron comunicados de que visitarían el Planetario, el Orquidario, el Museo de Historia Natural y el Museo de Arte Contemporáneo. Aplaudieron de manera singular y se internaron en la sala mayor del planetario. Los ubicaron en una zona especial donde podrían ver todo el show sin perderse de algún detalle. La sala estaba silenciosa y ellos todos, con la cabeza mirando hacia el cielo para disfrutar…

Apagaron las luces y luego de un video educativo aparecieron miles de estrellas, el guía mencionó que el cielo que se observaba era el de esta noche, el de la noche por el festejo del cumpleaños 476 de Morelia. Y luego, en un abrir y cerrar de ojos se iluminaron las constelaciones visibles para hoy. Y aunque se especificó que son más de 80, únicamente se mostraron las más “reconocidas”.

Los pequeños señalaban y algunos maravillados no podían dejar de observar el cielo nocturno; de repente las estrellas empezaron a desaparecer y llegó la luz del sol, el guía despidió la función y ordenados salieron de la sala. En el lobby, se les explicó que el nombre del planetario se toma de Felipe Rivera, un reconocido abogado zinapecuarence que tenía afición por las estrellas e incluso descubrió la nombrada “Nova Persei”.

Ya con nuevos conocimientos los niños caminaron hasta el Orquidario, a unos metros del Planetario; ahí, conocieron decenas de tipos de orquídeas, consideradas una de las flores más hermosas del mundo; exploraron cada parte de la planta y dónde y cómo crecen, así como las características de los climas en los que viven y de los hábitats en los que es más fácil encontrarlas.

Foto: Ireri Piña/Contramuro

A su manera, los pequeños preguntaban y no daban cabida de que un árbol tan grande como el que se encuentra al centro del Orquidario, pueda vivir ahí, dentro de un domo; ¿cómo podía estar un árbol ahí y no romper el techo cuando creciera? Se preguntaban.

Al cabo de unos 40 minutos, los niños salieron, bebieron agua y en dos filas caminaron hasta el Museo de Historia Natural, en el bosque Cuauhtémoc; la emoción más grande para ellos, era el poder ver a los dinosaurios, pero bueno… Seguramente muchas otras especies fueron descubiertas por este grupo de niños sordos que por primera vez, conoció cuatro de los museos de la capital michoacana.

Ireri Piña es licenciada en Periodismo, reportera de Educación, Turismo, multifuente. Contadora de historias y causas sociales; michoacana, moreliana