Explorando el movimiento de las “tradwives en TikTok” y su impacto en la sociedad actual
El término “tradwives” ha emergido en la esfera social desde 2015, refiriéndose a “esposas tradicionales”. Este grupo de mujeres se enfoca en producir contenido en plataformas digitales que enaltece las labores del hogar, la crianza en la fe y los valores conservadores. A lo largo de los años, la tendencia de las tradwives en TikTok ha capturado la atención en numerosas regiones de Estados Unidos y Europa, incluyendo naciones como Holanda y Alemania.
El debate sobre las tradwives en TikTok es intenso, ya que las opiniones se encuentran divididas sobre la promoción de un retorno a los valores antiguos como un ideal moderno. Críticos y usuarios de las redes sociales advierten sobre los riesgos de exaltar a un movimiento que, más allá de sus aparentes objetivos culturales y sociales, tiene raíces en intereses comerciales y políticos, además de representar una amenaza a la autonomía y los derechos femeninos.
Félix James Miller, de Fairer Disputations, señala que “las tradwives presentan una visión peligrosamente truncada y romántica de la relación entre hombres”. Miller reconoce la validez de valorar el rol del hogar, pero critica la limitación de roles de género que propone el movimiento, marginando a la mujer a responsabilidades domésticas exclusivas.
Emma Waters argumenta que la popularidad de las tradwives entre la generación Z se debe a su presentación como una opción encantadora frente a la vida en la ciudad. En sus palabras, el movimiento es una respuesta al descontento que el capitalismo ha generado entre las mujeres jóvenes. No obstante, Waters advierte que, aunque promuevan un modelo de vida doméstica, muchas de estas “esposas tradicionales” en realidad generan ingresos a través de su contenido digital.
Sian Norris plantea que detrás de la cultura de las tradwives se esconde el temor conocido como el “gran remplazo”, una teoría conspirativa que sugiere un reemplazo de la población blanca por migrantes y que acusa al feminismo de reducir la natalidad blanca mediante el aborto. Norris afirma que “la vida tradicional se yergue en dos componentes esenciales característicos, la supremacía blanca y el patriarcado”.
La idealización de la mujer como ama de casa y del hombre en busca de una “esposa tradicional” es peligrosa, ya que revive una época en la que se oprimían los derechos y libertades femeninas. Florence-Olivia Genesse advierte sobre los riesgos de esta visión unilateral: “Para ambos, chicos y chicas, es muy peligroso ver esto porque solo se presenta el lado glamoroso y romántico y no la realidad, que es que si una mujer es completamente dependiente y sumisa a su marido, se vuelve muy peligrosa”.