La extorsión se coloca como el nuevo motor económico del narco en el país, según México Evalúa
En una reciente entrevista para Aristegui en Vivo, Armando Vargas, coordinador de seguridad de México Evalúa, señaló la preocupante expansión de la extorsión como una de las actividades principales de los grupos criminales en México.
Desde 2018 hasta 2024, la incidencia de la extorsión ha crecido más del 50%, y durante el primer mes de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum, las incidencias de extorsión se elevaron un 66% respecto al mismo periodo bajo la administración de López Obrador.
Vargas comentó que la extorsión ahora supera al narcomenudeo y al tráfico de drogas internacional, convirtiéndose en un pilar económico vital para el crimen organizado. La necesidad de diversificar sus ingresos, debido a la intensificación de los conflictos entre bandas, ha llevado a estos grupos a incursionar en otros mercados ilícitos como el cobro de piso y la trata de migrantes en las fronteras norte y sur del país.
El coordinador de seguridad de México Evalúa indicó que los estados con mayor número de extorsiones, como el Estado de México, Guanajuato, Colima y Morelos, son aquellos donde los criminales han consolidado un control territorial significativo.
La extorsión impacta no solo a grandes corporaciones, sino también a empresas de tamaño mediano y pequeño, que se hallan en una zona gris entre la capacidad de autoprotección y la rentabilidad para los criminales.
Las empresas medianas son especialmente susceptibles, ya que carecen de los recursos de las grandes empresas, pero son lo suficientemente rentables como para atraer a los criminales.
Extorsión en México con Alta Impunidad
Vargas resaltó que la extorsión es un crimen con alta impunidad, con más del 90% de los casos sin denuncia y alrededor del 98% sin resolución judicial. La falta de confianza en las autoridades y el miedo a represalias impiden que los ciudadanos denuncien estos delitos.
Para combatir este problema, es crucial disminuir la impunidad mediante el fortalecimiento de las instituciones, la profesionalización de la policía y las fiscalías, y la creación de mecanismos de protección efectivos para las víctimas.
En su informe ‘Empresas Bajo Fuego’, México Evalúa destaca los factores que contribuyen a la victimización empresarial y subraya cómo la extorsión perjudica principalmente a los empresarios medianos y del sector comercial.
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Este análisis es fundamental para desarrollar políticas públicas que optimicen recursos y brinden protección a las víctimas.
El enfoque oficial que minimiza los homicidios dolosos oculta la gravedad del problema de la extorsión. Aunque los homicidios dolosos son una manifestación extrema de violencia, no capturan todas las dinámicas del crimen organizado.
La operación ‘enjambre’ en regiones con baja incidencia de homicidios ilustra cómo los regímenes criminales intensifican la extorsión sin necesariamente incrementar los homicidios.
Con información de Aristegui en Vivo.