Morelia, Michoacán.- “Entre tres podamos degustar más el arte y contar más historias”, declaró Raúl Calderón Gordillo, Director del el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita de Pátzcuaro, la cuál estará hasta el día 17 de septiembre en el pueblo mágico. Los tres expositores reúnen sus obras, no como un conjunto mismo, si no como una explayación simultánea de las críticas desde su perspectiva propia hacia la disfuncionalidad del sistema que rige a la sociedad hoy en día.
Política, geografía, economía y critica social, fueron el marco teórico para lograr la creación de las obras plásticas expuestas en este espacio que abre las puertas a talentos artísticos locales o extranjeros que tiene “algo que decir a la sociedad”.
A su vez, el director director Calderón Gordillo,dio a conocer la manera en que el museo administra las ganancias económicas de las exposiciones que se llevan cabo. “El artista se queda con porcentaje de obra, por lo general es el 50, más no necesariamente en todos los casos”.
Cabe destacar que el factor espacio, junto con la iluminación, el elemento más determinante de la exposición y del museo. De la ubicación de los objetos, de la relación que guardan entre sí y con la realidad espacial, depende en gran medida la percepción de los objetos por parte del visitante. Junto con el factor tiempo, el espacio contribuye a la eficacia del sistema experiencial..
A través de un recorrido “trifasico”, los diferentes artistas expusieron en este Centro Cultural sus obras, que con arduo trabajo han conseguido difundir y compartir sus obras. Dicho centro, coordina y difunde exposiciones temporales de artistas locales, nacionales y extranjeros; cuenta con un auditorio en el que presenta diversas actividades artísticas y proyecta películas, como parte de su Cine Club.La edificación forma parte de la Catedral de San Salvador, cuya construcción inició en 1540 por orden del entonces Obispo Vasco de Quiroga.
La exposición es entonces una puesta en escena de los objetos interpretados con los que se quiere contar y comunicar un relato.
La pincelada nómada de Vatche Geuvdjelian
“Las pintura para mí es una manera de abrir mi corazón”, dijo el artista de origen Armenio, quien, con corte expresionista y contraste, impregnado del arte del medio ambiente, su tierra de origen, despide renunciar a lo corpóreo en el 2010, figuras femeninas, para adentrarse en pinturas abstractas.
El maestro del expresionismo, vivió una transmutación estética y espiritual, tomando un gusto c¡principal por juego con la pintura y la expresión libre, a lo que usualmente retrataba; la silueta femenina. En entrevista, el pintor declaró e por qué de sus inicios pincelísticos en el mundo del arte.
“Creo que mi mamá y yo fuimos muy cercanos y yo fui al internado luego de que ella se enfermo y empecé a hacer dibujos de ella, y creo que fue así que empezaron mis primeros trazos. En cuanto a la ruptura artística, creo que algo cambio dentro de mí y con ese cambio se rompieron mis ideas, me divorcié, mis hijos empezaron a crecer”.
A su vez, el artista expresó el por que de la explayación del tema “genocidio” en sus obras; “Yo viví exilio muchos años y en el cambio se vuelve un martirio. Por eso los cuadros de mi exposición. Me rompe el alama lo qué pasa en Siria, Irak, han dejado de ser humanos y se ven como inmigrantes y se olvida su humanidad, son niños, son adultos, son mujeres, pero no dejan de ser humanos”,puntualizó.
La exposición del artista armenio representa la celebración ante la victoria de una enfermedad devastadora que logró superar. Cuando este llegó a Pátzcuaro, conoció a artistas michoacanos luego de haber emigrado a México y sintió que era hora de elegir un lugar donde echar raizes y explayar sus sentimientos y visión en el arte plástico.
Una breve injuria del mundo
Jacobo Salvador Torres fue otro de los artistas que decretaron sus perspectiva del mundo y la sociedad en la exposición. Comenzado su educación artística en Morelia, comenzó a incursionar en el hallazgo de su proceso figurativo.
“Supongo que es mi verdadero yo, trabajo en varios formatos pero últimamente estuve trabajando en cómics en formatos pequeños y necesitaba liberarme de este formato tan pequeño. Nunca se, o tengo claro lo que quiero lograr, comienzo con pinceladas que explayan mi sentir en el momento”.
La combinación de elementos “es como estar harto del mundo y es como decir vale verga pinche mundo” y “las obras presentadas están estructuradas de la siguiente manera; es una ciudad inicial y el espectador se va alejando de ella y termina en una caverna, como el origen de todo”.
El espacio donde las obras son expuestas condiciona, pero también define la realidad y la experiencia de la exposición. Además de la organización estructural del espacio en sí, también es determinante la organización espacial de las obras. Y el tiempo porque una exposición es el resultado de la doble y simultánea actividad de percibir visualmente y durante un determinado período de tiempo.
“120 días de inspiración es el trabajo más viejo que tengo. Era mi momento de más fastidio. Utilice los campitos como los políticos chupan la vida. Yo creo que el arte pocas veces trasciende, igual puede ser parte de alguna inquietud o puedes englobar una generalidad que molestar, pero el arte no cambia mucho”, concretó.
Juego de palabras en carteles
El artista visual, Santiago Solís, presentó un total de 50 carteles donde el enemigo, es un juego de palabras.
“Me gusta mucho el humor, el juego de palabras hacia temas picudos. Los carteles son el enemigo que está ahí y que te puede dar la bofetada o también una caricia”, explayó el artista.
El diseñador declaró que el flujo de comunicaciones dentro del rectángulo es lo que le interesa. “Lo veo como un lienzo de posibilidades”, sostuvo.
La exposición se montó durante un periodo de tres semanas, en donde el artista consiguió ver la evolución de sus obras montadas, para poder comprender las razones del espacio y tiempo, que se unen en el proyecto de una exposición a aquellas que la conciben en función del sentido, para obtener como resultado un sistema experiencial.
El lugar debe considerarse como un otro objeto museístico. La exposición es, o debe ser, interrogada por el espíritu que anima al lugar. El lugar es un medio de exaltación y consagración de los objetos, pero también un enraizamiento de la memoria. Todo objeto al introducirlo en un museo o insertarlo en una exposición pierde su autonomía, se convierte en un suceso, en un performance lingüístico, entra a formar parte de una trama o historia que se cuenta. Una museología abierta y creativa entiende que los lugares son territorios de experimentación e investigación museográficos y museológicos, bien por medios personalizados
La clasificación de exposiciones puede admitir tantas variantes como criterios museológicos y técnicos puedan aplicarse para destacar las características y usos de este medio de comunicación, como lo es la simbólica, con una finalidad de glorificación religiosa y política, unida especialmente en casi todas las civilizaciones y culturas al valor ostentativo de los objetos.