Descubre cómo las empresas familiares en México equilibran tradición y visión de futuro.
Ciudad de México.-Las empresas familiares constituyen el esqueleto de la economía de México. No obstante, la sostenibilidad generacional demanda una perspectiva de largo alcance, implementando una gobernanza efectiva y una planificación de sucesión estratégica.
Conocidas por ser lideradas por sus fundadores y su círculo cercano, estas empresas son el motor económico de la nación.
Según cifras del INEGI, representan el 90 por ciento de las empresas en México y son vitales para el desarrollo económico y social, contribuyendo con más del 80 por ciento al PIB y generando cerca del 70 por ciento de los empleos formales en el país.
Un informe del IPADE Business School revela que un 62.5 por ciento de las empresas familiares mexicanas tienen de 20 a 50 años, y se perfilan con potencial de crecimiento.
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¿Cuál es la clave de la perdurabilidad de las empresas familiares en México?
Según un informe de KPMG titulado “Una visión de la empresa familiar excelente”, la adopción de modelos de negocio y gestión con enfoque a futuro es crucial. Esto involucra enfocarse en la sostenibilidad y no en decisiones de momento que puedan amenazar el patrimonio familiar.
El estudio de KPMG indica que un 30 por ciento de los directivos valora la visión a largo plazo, la prudencia y la estabilidad como elementos esenciales de éxito.
La esencia emprendedora del fundador es la base, y su transmisión generacional es fundamental para la continuidad del negocio.
La capacidad de adaptarse y mantener una estrategia conservadora en las inversiones son aspectos que las empresas familiares manejan con astucia, lo que les otorga estabilidad en tiempos de crisis y un crecimiento mesurado en épocas de bonanza.
Grupo ABSA es un ejemplo emblemático de éxito empresarial familiar en México, destacando por su innovación en la automatización de procesos industriales y su firme visión de futuro.
No obstante, estas empresas también enfrentan desafíos. El IPADE Business School señala que el 52 por ciento podría no sobrevivir debido a prácticas inadecuadas que perturban la armonía familiar y empresarial.
‘Menos de una décima parte de las familias (6%) aborda los problemas de manera oportuna, mientras que 37% pospone esta tarea y 57% se encuentra en una situación de riesgo para la empresa al no tener claridad al respecto”.
Ricardo Aparicio Castillo, director del CIFEM-BBVA