Por la Dra. Sandra Olivia Cabrera Tapia
Escucho a un sinfín de personas repetir los comentarios como eco que emiten los medios informativos en radio o en televisión, parecen inyectados de las mismas dosis de apatía y resolución a la aceptación incondicional de los argumentos, más bien un único argumento de ocasión, repetido una y otra vez sin parar, y es que en verdad no veo ni un reflejo del pensamiento indagador, éste que puede permitir percatarnos de los aspectos sutiles de las cosas, pero llenos de enorme verdad a la suma de los mismos.
Se dice a menudo que para tener una opinión se debe tener información también; aunque podemos percatarnos que no es esta última, la información, algo característico en la época actual como paradoja ante el alarde y despliegue de una tecnología que aparenta ofrecernos una cascada de fuentes “informativas”.
Vamos a ver; el que cada ciudadano pueda normarse un criterio propio sobre los acontecimientos de la realidad ¿tiene algo que ver con haber desarrollado una mínima capacidad para describir sus percepciones y el manejo de su propia sensibilidad para permitir una lectura a su intuición?, luego entonces ¿por qué no podemos hacer estas dos cosas; percibir la realidad y guiar nuestra intuición hacia la capacidad de hacer una lectura del mundo en el que estamos para finalmente poder hablar del mundo?
Por ejemplo un tema del que debería estarse hablando y todos me darán la razón en esto, es el de la higiene, sí la higiene como medida de prevención de contagio de un sinfín de enfermedades y aquí es importante recalcar el último concepto; el de la enfermedad in situ.
¿Puedo opinar de mi propia salud, opinar sobre lo que necesito para tener garantizado el acceso a servicios de salud de calidad, puedo opinar sobre lo importante que resulta para mí y los que me rodean el sentirme sano?; ¿tiene valor mi percepción y lo que esta representa? o permitiré que alguien ponga en duda este elemental dato de mí mismo, simplemente porque lo digan en televisión, ¿me voy a conformar en imitar cualquier cliché de moda qué los medios de comunicación masiva quieren que imite?
Ya las estrategias de propaganda durante la Segunda Guerra Mundial nos dieron cuenta de la fatalidad que representa para la humanidad el caer en la provocación de instaurar una misma mirada ante las disposiciones de un X aparato ideológico. entonces tengo que saber lo que es la ideología y diferenciar esta de la ciencia; ambas tienden a desear alcanzar una verdad, aunque los fines sean opuestos y como única similitud señalaremos el que ambas poseen la fragilidad de poder ser alteradas y utilizadas para fines poco transparentes.
Hasta aquí y tratando de ser lo más concretos, podríamos inferir que, para que una ciudadanía tenga un papel importante en la toma de decisiones, esta deberá cursar por un proceso en el que la expedición de opiniones sea sistemática y coherente con la relación que existe entre la realidad y cómo le afecta ésta a su singularidad; en este camino habrá de fortalecerse su esencia ciudadana, haciéndose la voz pública el pilar inequívoco sobre el que se construye una auténtica democracia.
Convergiendo con el tema de la aterradora falta de mirada ciudadana, tenemos el capricho de la falta de gestión cultural en el ayuntamiento de Morelia en momentos en que se hacía más necesaria que nunca, bien vale la pena hablar también, del deseo de poder en los espíritus débiles, durante las crisis sociales, de una navidad sin el interés de la iglesia católica o de la nula operación sanitaria instituida, sí, instituida; perdiéndose la oportunidad que representa como nunca, el incorporar la comprensión de la verdadera vocación de higiene en la población, también en momentos en que resulta, no solo indispensable sino de vida o muerte.
Ya viene el año nuevo. De esto y más Seguiremos conversando; y tú ¿qué opinas?