Ciudad de México.- Por primera vez en un conflicto, la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó la mayor de sus bombas no nucleares de su arsenal sobre Afganistán para atacar túneles del grupo terrorista Estado Islámico (EI), informó este jueves el Pentágono.
De acuerdo con información de la agencia Notimex, la bomba tenía un peso de nueve mil 525 kilos. Es conocida como GBU-43 MOAB (Bomba de Aire de Explosión Masiva, por sus siglas en inglés). Le llaman “la madre de todas las bombas” no nucleares utilizada en combate.
Sean Spicer, vocero del gobierno de Donald Trump, confirmó la operación y dijo que la bomba fue lanzada la noche del miércoles en una zona de la provincia de Nangarhar, en el distrito de Achin, cerca de la frontera con Pakistán, para atacar un sistema de túneles utilizados por combatientes de ISIS.
La agencia AFP explicó que se trata de la región en la que los yihadistas del EI se han asentado para ampliar su presencia en la que llaman provincia de Jorasán, parte de su autodeclarado califato.
“El bombardeo estaba diseñado para minimizar el riesgo para las fuerzas afganas estadunidenses que realizan operaciones sobre el terreno en esa zona, al tiempo que se maximiza la destrucción de combatientes e instalaciones del EI-Jorasán”, explicó el Pentágono en un comunicado.
“Esta es la munición adecuada para reducir los obstáculos y mantener el ritmo de la ofensiva contra el EI-Jorasán”, explicó el general John W. Nicholson, comandante de las fuerzas estadunidenses en Afganistán, quien recordó que los yihadistas han trabajado en defensas subterráneas y búnkers.
Según el reporte, el uso de la “Madre de todas las bombas” –que mata con la presión de aire que genera— indicaría “que la zona estaba ampliamente ocupada por operativos e instalaciones del EI, sin evidente presencia civil”.
El Pentágono afirmó que “se tomaron las precauciones para evitar víctimas civiles”, pese a que el proyectil, que es guiado al objetivo solo durante la caída, no es considerado de precisión.
Reportes de CNN tras el lanzamiento aseguran que el Pentágono envió drones de reconocimiento y vistas satelitales para cuantificar el daño y el resultado del lanzamiento.