Donald Trump adopta una estrategia más reservada y silenciosa mientras Joe Biden enfrenta críticas.
Donald Trump ha modificado su enfoque político hacia uno más reservado y estratégico, marcando un cambio notable respecto a sus anteriores campañas de confrontación directa; mientras tanto, Joe Biden lucha con críticas crecientes y desafíos dentro de su partido, lo que ha llevado a Trump a adoptar un rol con una estrategia silenciosa, dejando que los conflictos internos de los demócratas se intensifiquen.
En su plataforma Truth Social, Trump ha hecho intervenciones tácticas, como cuando se mofó del error de Biden al llamar a Kamala Harris ‘vicepresidenta Trump’.
Este fallo, que se viralizó en redes, fue criticado por Trump de manera sutil, evitando intensificar el ataque. Ron Bonjean, estratega republicano, ve este cambio como una muestra de disciplina, sugiriendo que es más astuto dejar que los demócratas sigan cometiendo errores: ‘¿Por qué quitarles la pala cuando están cavando su propio hoyo?’.
La negativa de Biden a someterse a pruebas cognitivas y su firme intención de buscar la reelección juegan a favor de Trump.
La Estrategia Silenciosa de Donald Trump
Aunque Trump ha bajado el perfil en ciertos aspectos, sigue siendo una figura prominente en eventos públicos, donde critica a Biden y a los sectores más divididos del Partido Demócrata.
Esto se reveló especialmente después de que encuestas mostraran que la mitad de los votantes demócratas desea la renuncia de Biden.
Expertos como Kevin Madden destacan que la estrategia de Trump es ahora más calculada. En lugar de atacar directamente, permite que las debilidades de Biden se expongan por sí mismas.
El reciente debate presidencial y la planificación previa al mismo son ejemplos de cómo los republicanos han enfocado estas tácticas, según Corey Lewandowski.
Con la convención del Partido Republicano programada en Milwaukee, Trump se prepara para reafirmar su liderazgo.
Mientras tanto, la campaña de Biden enfrenta presiones internas y externas sobre su capacidad para un segundo mandato, con figuras como Debbie Dingell expresando preocupaciones sobre la falta de enfoque en Trump y la habilidad de Biden para enfrentar un reto electoral significativo.