El Banco Mundial proyecta una estabilización económica para 2024, aunque con crecimiento limitado.
Estados Unidos.-Según el Banco Mundial en su informe de junio de 2024, se prevé que el crecimiento internacional alcance un 2,6 por ciento durante el año 2024. Para los años 2025-2026, se proyecta un incremento del 2,7 por ciento, aún por debajo del 3,1 por ciento registrado antes de la crisis sanitaria.
Las naciones en desarrollo podrían ver un incremento promedio del 4 por ciento en el lapso 2024-2025, mientras que los países con ingresos más bajos podrían experimentar un aceleramiento hasta el 5 por ciento.
No obstante, las expectativas se han ajustado a la baja en tres cuartas partes de estas economías desde enero.
Las economías avanzadas, por otro lado, mantendrán un crecimiento constante de 1,5 por ciento en 2024, con una ligera subida al 1,7 por ciento en 2025.
“Después de años de trastornos por la pandemia, conflictos, inflación y ajustes monetarios, parece que la economía mundial está encontrando una estabilidad”
Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial
A pesar de esto, el crecimiento se mantiene por debajo de las cifras pre-pandemia y las perspectivas para las naciones más desfavorecidas son aún más desalentadoras, con desafíos como la alta deuda, barreras comerciales y desastres naturales.
El informe recalca la necesidad de que las economías emergentes impulsen la inversión privada, controlen la deuda pública y mejoren servicios básicos como la educación y la salud. Es particularmente crítico para los 75 países que califican para ayuda de la Asociación Internacional de Fomento, quienes necesitan apoyo externo para progresar.
A nivel mundial, la desaceleración en los precios de alimentos y energía no ha prevenido que la inflación subyacente siga siendo alta, lo que obliga a los bancos centrales a posponer los recortes en las tasas de interés. Se espera que las tasas de interés globales se mantengan elevadas, promediando un 4% durante 2025-2026, el doble del promedio de 2000-2019.
La importancia de la inversión pública como catalizador de la inversión privada y del crecimiento económico es otro punto clave del informe. Desde la crisis financiera global, el crecimiento de la inversión pública en países en desarrollo se ha visto reducido a la mitad, situándose en un 5 por ciento anual en la última década.
No obstante, un incremento del 1 por ciento del PIB en inversión pública puede elevar la producción hasta un 1,6 por ciento a medio plazo.
Los estados pequeños enfrentan desafíos fiscales significativos, y dos quintas partes de estas economías corren un alto riesgo de sobreendeudamiento. Además, las perspectivas regionales varían considerablemente:
- Se espera que en Asia Oriental y el Pacífico el crecimiento descienda al 4,8 por ciento en 2024 y al 4,2 por ciento en 2025.
- En Europa y Asia Central se anticipa una reducción al 3,0 por ciento en 2024 y un ajuste al 2,9 por ciento en 2025.
- América Latina y el Caribe podrían ver una disminución al 1,8 por ciento en 2024, pero una recuperación al 2,7 por ciento en 2025.
- Se proyecta para el Medio Oriente y África del Norte un crecimiento del 2,8 por ciento en 2024 y del 4,2 por ciento en 2025.
- En Asia Meridional se prevé una desaceleración al 6,2 por ciento en 2024, manteniéndose estable en 2025.
- Para el África subsahariana se espera un ascenso al 3,5 por ciento en 2024 y al 3,9 por ciento en 2025.
El Banco Mundial concluye que, aunque se vislumbra una estabilización económica para el 2024, el crecimiento estimado es moderado, reflejando los impactos a largo plazo de la pandemia, los conflictos, la inflación y las políticas monetarias.