La esposa del narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán viajó a Washington a principios de este mes como parte de un esfuerzo para buscar una investigación internacional sobre su acusación de que los derechos humanos de Guzmán están siendo violados mientras espera la extradición a Estados Unidos, en una cárcel mexicana.
Emma Coronel Aispuro, una exreina de belleza y ciudadana estadounidense que vive en México, pasó varios días en Washington, donde se llevó a cabo una reunión en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Una portavoz de la Comisión, María Isabel Rivero, confirmó la reunión con Coronel pero, citando cuestiones de privacidad, no quiso hablar sobre el propósito o detalles de la visita.
“Cada persona que solicita una reunión en la CIDH se recibe bajo reglas de confidencialidad para la seguridad de los involucrados”, dijo.
Las autoridades estadounidenses interrogaron a Coronel durante su entrada y salida de Estados Unidos, como parte del proceso de aduanas, de acuerdo con un funcionario estadounidense. Pero la esposa del Chapo no está acusada de ningún delito, por lo que se le permitió entrar y salir.
Andrés Granados, abogado de Guzmán, dijo a CNN en una entrevista telefónica que el propósito de la visita de Coronel era para presentar una petición ante la Comisión de Derechos Humanos y buscar una investigación sobre las condiciones de su encarcelamiento en México.
En febrero pasado, Coronel dijo a Telemundo que temía por la vida de su marido en la cárcel de El Altiplano, en el Estado de México. “Quieren hacerle pagar por su fuga”, dijo en ese momento.
“Dicen que no lo están castigando. Por supuesto que sí”, dijo Coronel. “Están allí con él, observándolo en su celda. No le dejan dormir. No tiene ninguna intimidad, ni siquiera para ir al baño”.
Las autoridades mexicanas, alegando motivos de seguridad, trasladaron a Guzmán a una prisión en Ciudad Juárez, Chihuahua, cerca de la frontera con Estados Unidos.
Granados dijo que Coronel se dio cuenta de que estaba siendo seguida durante su visita por lo que supuso eran agentes del gobierno de Estados Unidos.
“Así es para ella, ella sabe que siempre la tienen bajo vigilancia”, dijo Granados a CNN.
Coronel, más de 20 años menor que Guzmán, conoció al capo de la droga cuando tenía solo 17 años, en 2007, y se casaron al año siguiente.
Ella dio a luz a dos hijas gemelas en Lancaster, California, en 2011. La mujer estaba con su marido cuando fue detenido en la localidad mexicana de Mazatlán, Sinaloa, en 2014.
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