“Les prometo que no los defraudaré”, expresó Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos de Norte América, durante su primer discurso una vez que se dio a conocer que ya tenía 277 de los votos del Colegio Electoral, lo que le da el triunfo en una elección en la que por momentos se ubicó por debajo de su rival, la demócrata Hillary Clinton.
“Este día ha sido histórico, pero para hacerlo realmente histórico tenemos que hacer un excelente trabajo y les prometo que no los voy a defraudar, estoy ansioso por ser su presidente. Espero que en unos años ustedes digan que fue algo que los llenó de orgullo y solo puedo decir que si bien la campaña ha terminado nuestro trabajo en este movimiento apenas empieza”, añadió el republicano.
Donald Trump, también dejó claro que las relaciones de Estados Unidos una vez que tome el cargo de presidente, serán amables; “Tendremos buenas relaciones con los países que quieran tener buena relación con nosotros”, indicó. Lejos del discurso misógino e intolerante que caracterizó a Trump durante su campaña, el de la madrugada de este miércoles fue mesurado e incluso, calificó a Clinton como una mujer ejemplar y de trabajo que luchó muy intensamente.
Trump también agradeció a su familia y equipo de trabajo por el triunfo en las elecciones de este 8 de noviembre de 2016. “Todos ustedes me han dado un apoyo tan increíble y les prometo que no los decepcionaré. Vamos a trabajar de inmediato por el pueblo estadounidense y vamos a hacer un trabajo que los llene de orgullo. Ha sido un día increíble y adoro a este país”.
“Es hora de que el país sane las heridas de la división. A todos los republicanos y demócratas les digo que ha llegado la hora de ser un pueblo unido, ya es hora. Yo le prometo a cada ciudadano de nuestro país que seré un presidente para todos los estadounidenses. Para aquellos que decidieron no apoyarme en el pasado, les tiendo la mano para recibir su consejo y su ayuda para poder trabajar juntos en la unificación de nuestro gran país”, subrayó.
Es importante hacer mención que en la Cámara de Representantes, el equivalente al Congreso de la Unión en México, el partido republicano también se llevó la mayoría de espacios, por lo que a diferencia del segundo periodo de gobierno de Barack Obama, donde los republicanos eran mayoría ante un presidente demócrata, esta vez se alinearon las fuerzas políticas.