Las medidas sanitarias para toda la zona lacustre de Michoacán, impidió que se llevara a cabo como en otros años, la celebración de noche de ánimas
Morelia, Michoacán.- La noche iluminaba aquellos senderos que los muertos recorren año con año para llegar a sus familiares vivos, pero está vez, a ellos, a los que ya no están, les costó un poco reconocer a sus seres queridos que aún los recuerdan, el cubrebocas, les impedía reconocerlos.
Con un silencio total que amerita la ocasión, los difuntos entraron en los panteones de la zona lacustre en silencio, esta vez, no había júbilo en esos lugares, esta vez, todos se mantenían en silencio para evitar que se pudiera propagar el virus, que en algunos casos, fue el causante que esta noche, fueran ellos quienes regresan.
Y es que, aunque la noche de muertos para dicha zona, se llena de fiesta, hoy todo es diferente desde hace casi dos años, en dónde un virus acabó con aquellas reuniones en dónde se le recordaba con todo el ímpetu a sus difuntos, hoy sólo el lago de Pátzcuaro, sonaba a lo lejos.
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Aquella penumbra que calló sobre las zonas cercanas a Pátzcuaro, solamente eran rotas por la luz de las cientos de velas que alumbraban caminos, aquellos que ya no están, solamente pudieron llegar a oler ese cempasúchitl que todos los años inunda su espacio de descanso.
Hoy, solamente queda en el recuerdo de miles de personas, la fiesta que se ofrecía para los que ya no están; hoy, únicamente se pueda generar una velada tranquila y ceremonial, recordando únicamente quienes partieron.
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Tal vez, dentro de algunos años, los muertos volverán a regresar con música, comida y viendo los rostros de aquellos que les montan su altar, mientras tanto y para el beneficio de ellos, solamente podrán verlos debajo de un cubrebocas.