El pasado 5 de junio, fueron convocados más de 37 millones de ciudadanos a emitir su voto en varias entidades de la República Mexicana, en ellas, se eligieron 12 gubernaturas, diversas presidencias municipales y diputados locales. Para dimensionar su transcendencia, basta decir que sólo en la Ciudad de México, se eligieron a 60 diputados para su Asamblea Constituyente.
Frente a este proceso democrático y deliberativo, resulta fundamental realizarnos el siguiente cuestionamiento… ¿Qué fue lo que pudieron obtener cada partido político?
El Partido Revolucionario Institucional, ganó 5 de las 9 gubernaturas que prometió Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional de ese instituto. El partido en el gobierno, únicamente confirma que es mayoría en los estados de Zacatecas, Tlaxcala, Hidalgo y Sinaloa. El triunfo más relevante es que recupera después de seis años el estado de Oaxaca, que es la cuarta entidad con el mayor número de votos a nivel nacional.
En contraparte, se pierde Veracruz considerado por muchos especialistas como la joya de la corona, esto se debe a que es estratégica para las elecciones presidenciales del año 2018.
Así es amigos, el PRI se queda únicamente con 15 entidades como gobierno, que por si fuera poco, representa el nivel más bajo desde que comenzó a perder gubernaturas con la alternancia, hace ya 26 años. El PAN tendrá el gobierno de 10, lo que implica el mayor número de gubernaturas en su poder; el PRD gobernará cinco entidades, que lo mantiene en su máximo histórico que registró en 2010; un estado es gobernado por el Partido Verde (Chiapas) y otro más por un ex-priista, ahora independiente, en el estado de Nuevo León.
De esta forma, a partir de que los nuevos gobernadores que le arrebataron los triunfos al PRI tomen posesión, los tricolores pasarán de gobernar a 66 millones 368 mil 197 personas, a gobernar 53 millones 622 mil 427 habitantes de 15 entidades, lo que implica una pérdida de 19.2% de su influencia de gobierno en el país; los priistas gobernarán a 44.9% de la población, su nivel más bajo.
La alianza entre el PAN-PRD obtienen muy buenos resultados. Ganaron con un amplio margen en los estados de Veracruz, Durango y Quintana Roo en los tres casos llevando como candidato a un ex priista: Ángel Yunes Linares, José Rosas Aispuro y Carlos Joaquín González.
Con estas elecciones se da inicio una nueva etapa política de cara a las elecciones presidenciales. Me queda claro que los partidos políticos a partir de hoy, empiezan a realizar su control de daños y redelinear sus estrategias, con el objetivo de ajustar sus maquinarias en aquellos estados en donde el voto ciudadano no les favoreció y contarán con casi dos años para fortalecer su base electoral y a su militancia.
La bomba de humo será el próximo año, cuando todos los partidos concentren sus esfuerzos en ganar la entidad con mayor número de votantes: El Estado de México.
Muchos priistas coincidimos que nuestro partido debe cambiar con una enorme responsabilidad y buscar mejores soluciones para afianzar su conexión con cada uno de los ciudadanos mexicanos, pero sin duda, el gran cambio debe ser admitir que el votante siempre tiene la razón.
Por último, hago votos para que las próximas elecciones salgan todos los mexicanos a votar, ya que es un derecho que nuestra propia constitución nos establece y no volvamos a ver en algún estado ese abstencionismo que se vivió en los comicios pasados, estamos ya a 722 días para que llegue el 2018, es decir, muy buen tiempo para elegir a nuestro próximo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y también a un nuevo congreso de la Unión.
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