Para este 2021 se aplicó un recorte del 70 por ciento al presupuesto para los pueblos originarios en nuestro país, urge un programa emergente de atención a pueblos indígenas
Morelia, Mich.- México requiere de manera urgente un programa emergente de atención a los pueblos indígenas, mismos que han ahondado su condición de vulnerabilidad durante la pandemia sanitaria por el Covid-19, refirió la diputada Miriam Tinoco Soto, coordinadora de la Representación Parlamentaria de la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
La legisladora lamentó que exista un franco desinterés de la administración federal en torno al tema indígena, tanto que los recursos para los pueblos originarios se han desplomado en 70 por ciento durante la actual administración federal.
Refirió que a pesar de que es en las comunidades indígenas donde se presentan mayores índices de marginación, vulnerabilidad, embates constantes del crimen organizado para apropiarse de sus territorios y riquezas naturales, para el gobierno esto no merece atención, y es excluyente.
La diputada recordó que los pueblos indígenas han exigido desde hace muchos años un presupuesto digno, progresivo y suficiente, de manera que puedan cumplirse las demandas de este sector de la población que representa alrededor de 25 millones de mexicanas y mexicanos.
En ese sentido, la legisladora consideró urgente la elaboración de un programa emergente y una política pública efectiva de atención y acompañamiento a las comunidades, ya que la problemática indígena ha sido puesta del lado por la autoridad, dejando a su suerte a las comunidades.
Recordó que en 2018 en que arrancó la actual administración federal, el presupuesto para los indígenas en el país sumaba seis mil 88 millones de pesos, que en 2019 fueron recortados para quedar en seis mil millones, mientras que para el 2020 se dio un puntillazo al disminuir hasta tres mil 818 millones de pesos, y en este 2021 volvieron a bajar para ubicarse en 3.6 mil millones.
Miriam Tinoco apuntó que tales datos ejemplifican la manera en que en México se ha renunciado a la atención y desarrollo de las comunidades y pueblos originarios, en donde la deuda histórica que se tiene con ellos sigue vigente y se ahonda.
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