He aquí
la huida y vuelta
del reloj agazapado
entretejiendo suertes
de abandono
a pesar del llanto
y de los incontables poemas,
del suspiro deidad
de la pasión sin nombre
…he aquí
las manos vacías
de los mismos penosos poemas
cual león Felipe lo dijera
he aquí
la insólita sospecha
del amor
obscurecido
en la sortija rota
en la frontera al centro
impidiendo dibujar,
gritarnos los a veces
de otros años;
de los sueños de siempre,
cobijando la osadía
de tenerte,
anclado al vientre océano
de persecuciones…
en escalas submarinas
Ingresa a: ¿Por qué las mujeres no escribimos?