En el proceso de bajas a personal dentro del Congreso local, la Secretaría de Finanzas “barre parejo”, al incluir en su listado a todo tipo de personal, incluidos los secretarios técnicos de las comisiones y comités, pese a que son ellos quienes tienen a cuestas el trabajo legislativo de la Cámara.
Por no ser trabajadores del círculo de los diputados en turno, los secretarios técnicos han quedado al descubierto en su seguridad laboral, casi un cuarto de éstos, sin certidumbre acerca de si les pagarán la segunda quincena de julio que ya trabajaron.
En Legislaturas pasadas, los secretarios técnicos de las comisiones estaban adscritos a la Secretaría de Servicios Parlamentarios, sin embargo, en diciembre pasado a la mayoría de estos se les adscribió al diputado que preside cada una de las comisiones, quedando así como cuota por legislador y no como estructura de la Cámara.
Ahora que en el Congreso se han tomado medidas para despedir a 310 trabajadores de la Cámara, bajo el argumento de que se busca combatir el déficit financiero que arrastra –aunque hay legisladores que han acusado que la intención es repartirse el recurso-, los diputados tendrán que elegir entre seis de los trabajadores con que cuentan para que permanezcan a su servicio, aplicando por criterios de lealtad y compromisos políticos, y no de funcionalidad para el trabajo legislativo.
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La mayoría de los secretarios técnicos han sido parte de la estructura de la Cámara y no forman parte del círculo cercano de los diputados, por lo que su empleo se encuentra en riesgo pese a recaer en ellos el trabajo de legislar.
Actualmente son 31 comisiones de dictamen, 3 comisiones especiales, y cinco comités. En total son 39 secretarios técnicos.