En Congreso de Michoacán, acoso sexual tras bambalinas
Morelia, Michoacán.- En la Casona del Congreso del Estado de Michoacán la cachetada propinada por una asesora a un diputado local no pasó inadvertida entre los trabajadores. El acoso sexual del legislador a la mujer, fue parado en seco con la bofetada y la advertencia de: “no le respondo como debería porque soy una dama”.
El hecho va para un año y recientemente se conoce por el testimonio de los propios trabajadores que lo atestiguaron, todo en voz baja, tras bambalinas por el temor a perder su trabajo o sufrir represalias.
El miedo hace que el nombre del agresor permanezca velado ante la falta de denuncias, ya que en el Congreso del Estado se carece de un mecanismo para procesar este tipo de casos de manera que las víctimas no se vean afectadas en lo laboral.
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Incluso hay diputadas que reconocen “fuera de grabación”, haber padecido tocamientos indebidos por parte del personaje, el cual, además arrastraría historial de señalamientos por acoso sexual cuando se desempeñaba como funcionario municipal, incluyendo periodistas. Tal comportamiento se habría venido perpetuando ante la falta de denuncias o la justificación de quienes argumentan que “así es él, pero es buena persona”.
Los temas de acoso y violencia sexual en el Congreso del Estado, no son nuevos ni exclusivos de la actual legislatura, sólo en algunos casos salen a la luz, pero en general permanecen tras bambalinas, en un silencio cómplice que impide combatirlos.
Indignación
La LXXV Legislatura es la primera en Michoacán con mayor número de legisladoras que legisladores. Muchas iniciativas y reformas aprobadas por los actuales diputados han girado en torno a la violencia contra las mujeres, pero han obviado empezar por la casa propia.
Entrevistadas a propósito de los casos de acoso sexual o violencia contra las mujeres entre las paredes del Poder Legislativo, diputadas locales manifiestan su repudio y consideran apremiante establecer mecanismos internos para combatirlo.
Incluso la diputada priista Daniela de los Santos, observa pertinente la realización de un tendedero del acoso en Palacio Legislativo como aquellos que se han colocado en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
“Es muy lamentable escuchar los comentarios de que algunas compañeras trabajadoras del Congreso, incluso hasta mismas diputadas sean acosadas; yo a lo que las invitaría primero es a poner las denuncias y cuentan con nosotras para darle seguimiento”.
“Sí creo que debemos tomar medidas más duras, poner un punto naranja en algún espacio, o incluso instrumentar el famoso tendedero porque me parece que a quienes son acosadores lo que más les duele es que los expongan públicamente”.
“No podemos tolerar ninguna situación de acoso para las mujeres, independientemente de dónde trabajen”.
La presidenta del Congreso de Michoacán, Ivonne Pantoja Abascal, hasta el momento no tiene conocimiento formal de algún caso de acoso sexual en la Cámara, y subraya: “por supuesto como diputadas –y más siendo 25 legisladoras- nos hemos parado en tribuna a hablar y defender los derechos de las mujeres y por supuesto vamos a poner un buzón naranja e invitar que se acerquen con nosotras para ver qué podemos hacer.
La coordinadora parlamentaria del PAN, Mónica Lariza Pérez Campos condenó el acoso sexual independientemente de dónde ocurra, “eso no se debe permitir, debe haber denuncia para poder visibilizar en dónde ocurre esta violencia”.
Apuntó que en el caso del Congreso ya se había analizado la posibilidad de instalar el buzón naranja, y envió un mensaje: “no importa en el nivel en el que esté el hombre que violente, no importa, si está más arriba hay que visibilizarlo para impedir que esté representando la función pública un acosador, un violentador, un golpeador, un feminicida”.
Frente a los casos de acoso sexual en el Congreso de Michoacán, la legisladora por Morena, Mónica Valdez Pulido apuntó que no puede haber omisión frente a una situación como ésta, “no puede ser que en el Poder Legislativo no se cuente con un buzón naranja para que las trabajadoras puedan denunciar este tipo de situaciones”.
Recalcó que el tener dicho buzón no debería ser el objetivo central, sino que las mujeres violentadas se sepan escuchadas y sus casos atendidos, “en el Congreso ha habido violencia de muchas índoles, no sólo de acoso sexual o de algún otro tipo a trabajadores y que tampoco lo han externado por el miedo, por perder su trabajo, pero debemos asumir acciones para que no se permitan este tipo de prácticas“.
“Es complicado y lamentable, porque muchos compañeros y compañeras se sienten intocables por el hecho de ser diputados, cuando nosotros somos quienes deberíamos dar ejemplo de cómo comportarse”.
Destacó que a los casos se les debe dar puntual seguimiento: “las mujeres nos tenemos que sentir seguras y respetadas en nuestro lugar de trabajo”.
Julieta Gallardo Mora, coordinadora parlamentaria del PRD destacó la necesidad de que se presenten denuncias, por lo que coincidió en la necesidad de que en la Cámara se instale un buzón naranja y que sea un área específica la que lo revise para que se dé seguimiento a los casos.
“Que sean funcionarios que con una a dos diputadas atiendan los temas que ahí se denuncien y cuenten así con un real seguimiento, porque hoy el caso del que nos estamos enterando es un grave antecedente”.
La panista Andrea Villanueva Cano reconoció que en esa Legislatura ha tenido conocimiento de un caso de acoso sexual, y señaló que de Legislaturas anteriores también supo de casos “bastante fuertes, pero en los que desafortunadamente las propias compañeras no se han animado a denunciar o hablar.
“Creo que la vía sería que sí tuviéramos un área definida en donde ellas se puedan sentir seguras, sin temor de que vayan a perder su trabajo o que vaya a haber represalias”.
La priista Adriana Hernández Íñiguez, destaca a su vez la urgencia de generar un canal de comunicación en el Congreso “donde las compañeras sepan qué se tiene que hacer. Como diputadas tenemos que estar muy atentas para que el personal tenga la confianza de platicar cuando sean víctimas y poder entonces actuar en consecuencia.
“Si el agresor es un diputado tendría que haber alguna sanción seria, porque no debe haber impunidad; el hecho de que nosotros seamos representantes públicos, no implica que podamos abusar de nadie, por el contrario debemos poner el ejemplo”.