Un giro político se avecina con las elecciones legislativas en Francia, marcando un momento decisivo para el país y la UE.
Las elecciones Legislativas en Francia para la Asamblea Nacional del 30 de junio de 2024 representa un momento crítico tanto para la gobernabilidad del país como para el destino de la Unión Europea (UE).
A tan solo tres semanas de la disolución de la Asamblea Nacional por parte del presidente Emmanuel Macron, y la convocatoria a elecciones adelantadas, los franceses acuden a las urnas con un índice de participación del 25% al mediodía, la más alta registrada en años, indican fuentes oficiales.
En esta ocasión, el objetivo es seleccionar a los 577 miembros de la Cámara Baja, cuyo resultado determinará la composición del nuevo Parlamento y la posible elección de un nuevo jefe de gobierno para el tramo final de tres años del mandato de Macron.
Los últimos sondeos, publicados el 28 de junio, pronostican un triunfo para la ultraderecha de Agrupación Nacional (RN), bajo el liderazgo de Marine Le Pen y con Jordan Bardella como aspirante a primer ministro, alcanzando un 37% en intención de voto.
La primera vuelta deja un escenario abierto para la segunda, programada para el 7 de julio, donde las encuestas muestran una situación más compleja.
“Francia ha sido difícil de gobernar, pero no ingobernable, pero lo que exaspera a mucha gente es la supuesta ‘gestión narcisista’ de Macron”, comenta Francis Ghilès, analista del CIDOB en Barcelona.
Las recientes declaraciones de Macron sobre un posible escenario de ‘guerra civil’ ponen en perspectiva la seriedad de la coyuntura política.
Las Elecciones Legislativas en Francia
El Nuevo Frente Popular, una coalición de fuerzas de izquierda que incluye socialistas, comunistas, ecologistas y La Francia Insumisa, se perfila como la segunda fuerza más votada, con un 29% según encuestas. Oriol Bartomeus, experto en Ciencias Políticas, destaca que esta alianza tomó por sorpresa al gobierno de Macron.
El sistema electoral galo, que admite a una segunda vuelta a partidos con más del 12% de los sufragios, supone un desafío para el partido de Macron, dada su limitada presencia territorial. Esto podría desembocar en una ‘triangulación’ de fuerzas en la segunda ronda, un fenómeno poco frecuente en la política de Francia.
La política exterior de Francia también está en juego. Bardella ha expresado su deseo de posicionar a Francia como el ‘alumno díscolo’ de la UE, en contraposición a Macron. La extrema derecha, que propone limitar el apoyo militar a Ucrania, adopta una postura crítica frente a la integración europea.
Desde el plano económico, Francia enfrenta desafíos notables, con una deuda pública que ha escalado al 110.7% del PIB. La Comisión Europea ya ha puesto en alerta sobre posibles sanciones por no cumplir con las normativas fiscales.
El déficit del país se ubicó en 5.5% del PIB en 2023, y se estima que solo se reducirá a 5.3% en 2024, muy por encima del límite del 3% impuesto por la UE.
El estancamiento económico y la respuesta social se vuelven factores determinantes. Las manifestaciones en contra de las políticas de Macron han sido notablemente significativas.
Se anticipa que la afluencia en estas elecciones supere la de años previos, reflejando la polarización y el interés en un punto de inflexión para Francia.