El próximo 06 de junio se realizarán las elecciones más grandes que haya tenido nuestro sistema democrático mexicano, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), se renovará completamente la Cámara de Diputados; 15 gubernaturas; 30 congresos locales; mil 900 ayuntamientos y juntas municipales. En dichas elecciones se disputan más de 21 mil cargos de elección popular y por primera vez se garantizarán casi la mitad de candidaturas de mujeres para contender por las gubernaturas que se renuevan. De las 15 en disputa, en siete los partidos políticos están obligados a postular a aspirantes mujeres.
Como se puede apreciar, la magnitud de estas elecciones puede representar una renovación histórica de nuestro sistema político mexicano. En este sentido, es importante reflexionar sobre la gran importancia que tiene la participación política de la mujer en las elecciones que se avecinan.
Como bien se sabe, las reformas de 1953 en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, permitieron que, a partir de ese año, a las mujeres se les reconociera el derecho a votar y a ser votadas para los puestos de elección popular, a nivel federal, estatal y municipal, lo que se tradujo en el punto de partida para la igualdad de género en la participación política.
La lucha constante de las mexicanas para alcanzar la paridad de género en la política del país ha logrado que el número de mujeres al frente de un cargo de elección popular aumentara 240 por ciento en la década pasada, al pasar de 414 casos en 2009 a mil 408 actualmente.
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Estas cifras sin lugar a dudas son bastantes alentadoras, sin embargo, la mayor disparidad se observa en las presidencias municipales, donde por cada mujer hay cuatro hombres, así como en las gubernaturas, donde solo hay dos casos: Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México y Claudia Pavlovich en Sonora. De acuerdo con el Sistema Nacional de Información Municipal del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), 22.5 por ciento de las 2 mil 455 alcaldías en el país se encuentran bajo órdenes de una mujer.
Sin bien es cierto, que cada día el Estado México se está fortaleciendo con una legislación que establece “la paridad en todo”, también resulta sustancial llevarla a los hechos, fortaleciendo una cultura que privilegie la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, sin ningún tipo de violencia o discriminación.