Aproximadamente dos horas de camino desde Morelia hasta el Ejido de El Rosario, son la que se deben recorrer para llegar y ser testigos de uno de los fenómenos migratorios considerados de los más hermosos e importantes en el mundo, el de la Mariposa Monarca, que anualmente llega a tierras mexicanas procedente de Canadá.
La Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca está localizada al oriente de Michoacán en los límites con el Estado de México y son los municipios de Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo y Zitácuaro; así como Temascalcingo, San Felipe del Progreso, Donato Guerra y Villa de Allente en Michoacán y Estado de México respectivamente donde se encuentra.
Los santuarios de El Rosario, Sierra Chincua y Senguio en Michoacán además de El Capulín y Macheros y La Mesa en el Estado de México, son los que albergan al lepidóptero más impresionante del mundo, uno de los pocos que recorren largas distancias para “huir” del clima frio de Canadá y que se resguarda en tierras mexicanas.
Razón que lo ha hecho considerarse una de las cuatro bellezas naturales reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. En El Rosario, municipio de Ocampo, son aproximadamente dos kilómetros los que se deben recorrer montaña arriba para llegar a donde hibernan las mariposas, un espectáculo admirado por miles de turistas que lo consideran “fascinante”.
Para transitar este camino se puede llegar a pie o a caballo, con o sin guías de turista y siempre, con el respeto al hábitat de las mariposas, pues por mucho tiempo ya fue dañado, lo que ocasionó que en algunas temporadas el arribo del lepidóptero fuera menor al que se registraba regularmente, es apenas hace unos años que se han aumentado nuevamente las colonias.
Son senderos de oyamel, pino y cedros los que rodean el santuario; humedad y un frío intenso se dejan sentir en los primeros pasos, que luego de haber recorrido unos cuantos metros se va y el cuerpo se aclimata a la
s temperaturas del lugar. Pequeños riachuelos se pueden observar por el camino, sótanos y barrancas, así como planicies que dan lugar a un paisaje de recuerdo, que muchos turistas aprovechas para la tan afamada “selfie”.
Al llegar a la cima, al climax del viaje, miles de mariposas revolotean a los alrededores, millones están pegadas a los árboles “tomando el sol”, otras incluso, se posan sobre la humanidad de quienes las visitan y se dejan admirar por todo aquel que tenga gusto por ellas. “Es increíble esta maravilla de la naturaleza”, exclaman visitantes de Michoacán.
Una recomendación que se hace y se reitera durante el recorrido, es aquella que dice que está estrictamente prohibido llevarse las mariposas, ya sean vivas o muertas. Por lo que Contramuro.com recomienda atender todas y cada una de las instrucciones que los guías y cuidadores del lugar, ofrecen.