Ricardo Monreal es considerado uno de los políticos con mayor liderazgo en nuestro país y, sin duda, el arquitecto de las políticas públicas construidas desde el legislativo federal que han fortalecido al proyecto de la llamada Cuarta Transformación. En efecto, estoy completamente seguro que- cualquiera de los partidos que están constituidos como institutos políticos- quisiera contar con él en sus filas. De hecho, esa capacidad la reconoció- hace poco- el presidente López Obrador, incluso ratificó su profesionalismo y su aportación clave a la consolidación del movimiento.
El presidente sabe que, su liderazgo, es fundamental para encarar el proceso sucesorio. El único problema de ello es que, hasta ahora, falta que el mandatario rompa esa pequeña barrera y dé el salto para impulsar al zacatecano al igual que a las demás corcholatas.
Falta, en ese sentido, mayor posicionamiento desde Palacio Nacional como una muestra de que habrá democracia interna porque, al final de cuentas, esas mismas circunstancias han mantenido un cerco o son una limitante para estar a la par de los demás presidenciables.
Eso es, hasta ahora, una situación que no hemos podido ver. Han transcurrido casi veinte meses y, la contienda anticipada, sigue siendo similar a como comenzó. Es decir, el coordinador de los senadores de Morena continúa luchando contra esa enorme brecha que, incluso, ha salido desde la propia cúpula del poder, razón por la cual no podemos decir que existe una democratización interna en Morena. No hay piso parejo, ni muchos menos reglas que marquen la pauta para avanzar a la pluralidad.
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Hasta ahora, el senador Ricardo Monreal se ha mantenido en esa resistencia que, a la postre, lo ha llevado al reconocimiento del presidente Obrador para meterlo a la lista oficial de aspirantes a la presidencia. Sí, la lucha que encabezó el zacatecano le sirvió para ganarse el respeto no sólo de cuadros morenistas, sino de grandes sectores de la población civil que alientan su postura de continuar dando la batalla hasta el final.
“Soy un rebelde con causa”, así lo dijo en entrevista hace unos días. A todos nos recordó que, con esa posición, seguirá a pesar de las adversidades que enfrenta en un futuro inmediato porque hay un elemento que deben considerar desde el partido y el poder: la unidad. Y, si no hay cohesión, difícilmente se podrá refrendar el dominante paso que vivió el lopezobradorismo en 2018.
Eso solo es posible dando apertura a la democracia interna en Morena, eso sí, con reglas claras que garanticen una contienda equitativa. Para ello, Mario Delgado tendrá que resolver esas diferencias de las que sabemos existen claramente. Por ejemplo, mientras que Claudia, Marcelo y Adán Augusto, viven mayor impulso en la agenda mediática del poder, a Ricardo Monreal no le dedican esa misma tribuna. De hecho, tiene que ser él mismo quien allane el camino para cruzar esa enorme barrera de exclusión que todavía predomina, y de las que hemos sido testigos en casi 20 meses en que se aceleró el proceso sucesorio.
Y Ricardo Monreal ha pasado penurias y las más punitivas estrategias de hostilidad. Sin embargo, nos sigue demostrando su fortaleza interna, incluso cuando lo han puesto a prueba sabe encarar todos tipo de contratiempos de los que se ha levantado impávido. Así es Monreal: firme y decidido para seguir profundizando las políticas públicas del país y, en esta coyuntura clave, está dispuesto a seguir hasta el final con Morena pese a la adversidad que todavía se siente; no obstante, el zacatecano sigue conectando con grandes sectores de la población con los que siempre tiene disposición de dialogar y construir propuestas de mejora en beneficio del país.
Hace unos días, por ejemplo, Monreal fue cobijado por grandes sectores de la sociedad en Jalisco que cerraron filas con él. Les dijo: “aquí nadie se raja, ni mucho menos se deja”. Seguido de ello, una efervescencia subió a su máximo clímax en el que se respiró aires de esperanza que han depositado en Ricardo Monreal en el camino presidencial que, por cierto, continúa convenciendo y sumando a más cuadros a su causa, eso sí, totalmente decididos a luchar de la mano del coordinador de los senadores de Morena hasta el final.
Y con la entrega de grandes sectores de la sociedad, Ricardo Monreal sigue firme en su aspiración de ser, en 2024, el sucesor del presidente López Obrador. Tiene los méritos suficientes y, lo más importante, una base de apoyo a lo largo y ancho del territorio nacional que continúa levantando la mano para caminar en el proyecto de Reconciliación por México que llevará, no tengo duda, a Monreal a la silla presidencial pese a la adversidad que ha librado, incluso, no ha sido la primera vez que lo hace, ni menos será la última pues el zacatecano sabe navegar ante el diluvio y siempre sale avante.
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