“El Principito” cruza fronteras al ser traducido al purépecha, acercando este clásico a las comunidades indígenas de Michoacán.
Morelia, Michoacán.- La obra literaria “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, viajó de Francia al corazón de Michoacán gracias al trabajo del padre Francisco Martínez Gracián, el maestro Benjamín González Urbina y del artista cheranense Ariel Pañeda, destacó la titular de la Secretaría de Educación del Estado (SEE), Gaby Molina.
“Han realizado un trabajo extraordinario con la edición bilingüe purépecha-español, eso nos permite acercar clásicos de la literatura universal a las comunidades originarias, que se apropien de ellos desde su cosmovisión y contexto”, comentó la secretaria.
El padre Pancho, como lo conocen comúnmente, fue el encargado de formar ese lazo entre la cultura francesa y la purépecha, su conocimiento de ambos idiomas fue clave para establecer el vínculo y adaptación de términos que permiten que la obra se sienta cercana a las y los hablantes nativos en Michoacán.
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Por su parte, el maestro Benjamín González Urbina realizó la traducción al purépecha, con la que busca dejar un legado que ayude a mantener viva su lengua materna. Finalmente, Ariel Pañeda, artista originario de Cherán, concluyó esta triada con ilustraciones que hacen referencia a la cultura indígena.
“El Principito” es una obra cumbre de la literatura universal, que trasciende generaciones y culturas. Su importancia radica en su capacidad para abordar temas profundos como el amor, la amistad, la soledad y el sentido de la vida, a través de una narrativa sencilla y poética.
La obra invita a la reflexión sobre la naturaleza humana y la importancia de valorar lo esencial, convirtiéndose en un clásico que sigue resonando en lectoras y lectores de todas las edades. Ha dejado una huella imborrable en la literatura por su estilo único y su capacidad para combinar la fantasía con la filosofía.